Desde hace una semanas los ciudadanos somos testigos de cómo se ha venido apagando la campaña de #soycapaz, cada vez sus anuncios aparecen en menos sitios y en menos productos. Lo que empezó como una enorme campaña de gran parte del sector privado a favor de la paz y parecía a todas luces que sería una de las campañas publicitarias más grandes e importantes de los últimos años en el país, nunca llego a ser tal, ni siquiera acercarse a lo que se esperaba. ¿Cuáles fueron los motivos para que esta campaña fracasara? A continuación intentaré dar una respuesta a esta pregunta.
Esta campaña empezó en el mes de septiembre con bastante bombo, además logró generar en poco tiempo grandes expectativas. Vimos como los canales “rivales” RCN y Caracol se unían para dar el mensaje y hasta como Tigo, Movistar y Claro mandaban un contundente “soy capaz de ponerme en los zapatos del otro” [1]. Parecía que el sector privado se comprometería realmente con el país e intentaría generar con sus mensajes un cambio de pensamiento en Colombia, eso creíamos al menos.
El primer gran problema de la campaña fueron los mensajes, que empezaron muy oportunos pero se terminaron volviendo en la mayoría de los casos etéreos. Pasamos de un “soy capaz de escuchar” a un “soy capaz de creer” (¿en qué?) de Bavaria, “soy capaz de sonreír” de McDonalds, “soy capaz de soñar” de Alqueria y el mejor de todos “soy capaz de decir que soy capaz” de los medios de comunicación, seguro a más de uno le recordó la frase de Homero de no prometo intentarlo pero intentare intentarlo. Lo que tenían que ser mensajes que llamaran a un cambio de mentalidad y a la reflexión, terminaron siendo me disculparán, bobadas.
No fue el único error de la campaña, generaron la expectativa dentro de los colombianos que el sector privado se metería la mano al bolsillo y veríamos los eslogan de “soy capaz de pagar más impuestos”, “soy capaz de pagar mejores salarios”, y de pagar horas extras, de cuidar a mis empleados etc… Pero en la realidad no vimos absolutamente nada de eso, la campaña se limitó a cambiar los empaques de los productos a blancos y poner una frasecita. Claramente eso generó una gran decepción en los ciudadanos de a pie.
Pero sin duda el golpe final se lo dieron los propios empresarios con sus acciones, vimos como lloraban desconsolados por la posibilidad de pagar unos pesos más de impuestos, como exigían un aumento bajo del salario mínimo, nos enteramos como se habían confabulado para general carteles de pañales, medicamentos y otros. También aunque solo por la relación que se hace del estrato 6 con los empresarios pesó bastante la airada, injustificada, grotesca y vergonzosa reacción de esta parte de la sociedad a unas casas VIP.
Las redes sociales se llenaron de indignación, llego a crearse un hashtag de #nocomprosoycapaz, las empresas relacionadas con el #soycapaz fueron blanco de su propio lema, “soy capaz de prestar un mejor servicio”, de bajar mis precios y muchos más. Empresas que querían posar como altruistas terminaron quedando como hipócritas. Lejos de mostrar un compromiso con el país quedo plasmado lo contrario.
PD Nosotros podemos hacer el cambio, no necesitamos de grandes campañas publicitarias. Acciones simples como ceder el paso, perdonar los errores de otros o no reaccionar violentamente a todo, son pequeñas cosas que lograrían un gran cambio.
@ingeniero0013
