Las ideas se extinguieron en Caracol. El programa no es más que el reencauche de un formato extranjero que llevamos viendo desde 2012 sin falta cada año. Las dos primeras temporadas fueron con adultos. De ahí en adelante, el canal se enfocó en niños y adolescentes. No podíamos esperar algo diferente de un canal que lleva 15 años realizando un mismo programa como El Desafío. La Voz va por el mismo camino.
Si bien es cierto que el programa siempre se ubica entre los primeros lugares de audiencia —porque RCN ya no cuenta como competencia— si lo comparamos con las cifras de pasadas temporadas, hay una caída total. El programa, que en 2014 llegó a marcar hasta 18 puntos en un capítulo y registró un promedio de 16,6 de rating, hoy tambalea entre los 11 y los 12 puntos, logrando de vez en cuando llegar a los 13. Siempre es superado por El Bronx y La Gloria de Lucho, series del mismo canal.
Aburre ver a los jurados asumiendo cada uno su papel; Fanny Lu, literalmente vestida como una Barbie, Sebastián Yatra jugando a ser el hermano mayor y Cepeda el papá de la familia. Además, en esta temporada le hablan a los niños con un grado de complacencia que diera la impresión de que son limitados mentalmente. Desde el trato de Alejandro Palacio con los participantes hasta los consejos de Laura Tobón; todo se siente falso.
Aunque celebro que RCN esté como está, porque ese canal no merecía menos, es lamentable que Caracol pueda reinar sin competencia en los televisores nacionales. Ciertamente, el fin de RCN también está afectando a Caracol; si el canal de las tres letras tuviera con qué competir, a lo mejor el molusco se esforzaría un poco más por conservar la audiencia que tiene y nos brindaría un contenido más original. En lo personal prefiero formatos como A Otro Nivel, que sin ser los más creativos porque básicamente son el mismo concurso de canto, al menos tienen un esbozo de creatividad.