James Rodríguez llegó a Santa Marta el 23 de diciembre del 2017. La idea era pasar allí navidad en su nuevo apartamento ubicado en el piso 12 de las Two Towers, propiedad que compró por $950 millones en el 2015. La buena relación que tiene con su ex esposa Daniela Ospina, le permite compartir con su pequeña hija Salomé. Los festejos del 24 de diciembre no debieron ser muy estruendosos. Al otro día, a las 10 de la mañana, James, monitoreado desde una camioneta negra por su entrenador personal, corrió a paso demoledor y bajo un sol implacable, sin camisa y con una pantaloneta negra, 16 kilómetros por la Ruta del Sol en la troncal del Caribe, vía Santa Marta-Ciénaga. Estaba custodiado por la policía y, desde los autos, la gente le gritaba su admiración como se aprecia en este video:
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Acompañamos a @jamesdrodriguez a su entrenamiento por las vías del #Magdalena@ElCallejero_SM @victorrpolo @LINAPALMA @LizRodriguezMj @jualguz68 @EKALVARADO18 @LuisOnateGamez @vherreram @jsanchezcristo @lcvelez @fdbedout pic.twitter.com/XcpzLqnLmk— Victor Rodriguez .·. (@opinion_caribe) 25 de diciembre de 2017
Desde que salió del Real Madrid James Rodríguez es otro. Durante dos años, bajo la tutela del español Rafael Benítez y el francés Zinedine Zidane, James fue infeliz en la capital española. Aunque su nivel de juego nunca decreció –los números no mienten, durante dos temporadas consecutivas fue el volante de La Liga con más goles y asistencias- sus entrenadores no lo quisieron poner en la titular. La prensa española le dio con todo. Afirmaban haberlo visto en las discotecas de moda de Madrid y llegaron a decir que estaba gordo. James, en silencio, los soportó todo, incluso la humillación de ver enteras las dos finales de Champions League que ganó su equipo desde el banco de suplentes.
En el verano del 2017 fue cedido a préstamo al Bayern Munich. Allí tenía un reto grande, así se reencontrara con Carlo Anceloti, el técnico italiano que le supo sacar brillo en la temporada que estuvo con él en el Madrid. Al principio no fue fácil. La prensa bávara lo señaló de ser uno de los principales responsables de la estrepitosa caída del Bayern en Paris cuando cayó con el PSG 3 goles por cero. No se afianzaba en la titular y para colmo, a los dos meses de estar allí, Anceloti fue echado por los pésimos resultados en la cancha y los problemas internos que tenía el equipo.
Sin embargo, James tuvo suerte. Las lesiones de Ribery, Thiago Alcántara y Muller le dieron un espacio en la plantilla. La oportunidad no la desaprovechó. James, ahora, no tiene el poder goleador que lo convirtió en la figura del pasado mundial de Brasil. Gracias a su excepcional estado físico, el cucuteño se convirtió en el motor que saca desde el fondo al Bayern Munich. Un seis con poder de llegada. Uno de los mejores volantes centrales de Europa. El equipo, sin dudarlo, va a pagar los 65 millones de Euros que pide el Madrid por su pase. Una verdadera ganga teniendo en cuenta que un jugador normalito como Coutinho le costó al Barcelona 160 millones y otros precios que se manejan en el mercado actual.
La resurrección de James tiene una razón de ser: su extraordinario estado físico. Es un jugador que no para de correr, que lo da todo en la cancha. Un jugador que en este momento le vendría muy bien al Real Madrid de Zidane.