Tesis de grado, encuestas, informes, protestas de la comunidad, mingas indígenas, cadenas humanas para bloquear su paso, cartas y todo tipo de reuniones se han hecho una y otra vez para borrar del municipio de Tolú, el peaje “La Caimanera”.
Bautizado por la cercanía con la ciénaga rodeada de manglares que lleva el mismo nombre, el peaje La Caimanera es el más costoso del departamento de Sucre y uno de los más rechazados en todo el país por el impacto que ha traído desde su entrada en funcionamiento en el 2016.
Quienes transitan entre Coveñas y Tolú, históricos vacacionaderos del noroccidente colombiano, tienen que hacer una parada obligada en este lugar y pagar la tarifa de $13.300 para los automóviles y $19.600 para los buses. La administración de dicho peaje es responsabilidad de una concesión de la Agencia Nacional de Infraestructura-ANI en el marco del megaproyecto de la Ruta al Mar. Pero el tramo donde está ubicado no pertenece a la concesión y, por ende, la vía en cuestión sigue en condiciones cuestionables, a pesar del alto cobro de recaudo que, para una persona con ingreso limitado y previsto, un pago diario así altera su rutina considerablemente. “Es lo más parecido a una trocha”.
Y así pasó. Al imponer dicho cobro, los famosos balnearios entre ambos municipios quedaron social y económicamente divididos. El declive en las tasas de turismo en el Golfo de Morrosquillo no se hicieron esperar, pero afectaron especialmente al municipio de Tolú en donde se frenó dramáticamente la llegada de carros provenientes de Medellín y Bogotá. Los toludeños por su parte se quedaban en su tierra y el comercio entre los dos municipios se acabó. Los sincelejanos utilizaban trochas para llegar hasta Coveñas y no tener que pasar a Tolú, esquivando el cobro.
En palabras de las comunidades, dicho peaje llegó a cambiar la prospera historia de muchos pequeños operadores turísticos, micro empresarios y emprendedores de la región. El sector hotelero se vio particularmente golpeado.
Muchos inversionistas se han ido desde entonces y pocos han vuelto. La principal actividad económica en dicha región es el turismo y este no ve signos de mejoría desde entonces. A este se opone toda la población empezando por el alcalde de Coveñas, Rafael Ospina apoyado por los gobernadores de Sucre y Córdoba.
Este es uno de los uno de los sólo tres peajes, de los nueve en total, que hay en el departamento de Sucre cuyo recaudo lo hace la ANI, o sea el gobierno nacional, en contraste con los demás que están en manos completamente de privados, pues el resto sí lo están. Fue un necesario un debate de control político convocado por la senadora sucreña de Centro Democrático, Ana María Castañeda, ante la Comisión Sexta, al Presidente de la Agencia Nacional de Infraestructura, Manuel Felipe Gutiérrez, para comprometerlo a su reubicación, a la brevedad.
Finalmente, este marzo, José Chadid Anachuri, alcalde de Tolú, anunció que el peaje de La Caimanera sería trasladado de este punto de tráfico por autorización del gobierno nacional en la visita que el Presidente Duque hizo a Sincelejo.
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