Se nos viene encima el escándalo literario del 2018, y quizás de toda la historia de la literatura colombiana, pues es el mayor riesgo que haya asumido un escritor en lengua castellana. Después de este libro el autor tiene dos posibles escenarios: la excomunión o la gloria. Al lector le espera otro tanto: la iluminación o el infierno. En todo caso quien se apropie de esta novela transgresora y tabú no saldrá ileso. Ahora mismo recuerdo el subtítulo de El Lobo Estepario de Hermann Hesse: no para cualquiera, solo para locos. De igual forma, Mi Noche en Buenos Aires es para lectores irresponsables, arriesgados y prácticamente locos de remate. Me atrevo a llamarlo el libro negro de la literatura colombiana. Su intensidad no tiene precedentes, y el ímpetu y la fuerza del autor se desparraman en cada página. Tuve el privilegio de ser el asesor de este maravilloso texto, y mientras lo leía, me hacía la pregunta: ¿el final del relato será coherente con su trama que no le da un solo respiro al lector? Y no me defraudó, el final es absolutamente loco y original. El autor, Juan Mario Sánchez Cuervo, es un exseminarista, cuasi sacerdote, o como su personaje de ficción Juan Aguilera, un ateólogo: a partir de su nueva novela se convertirá en un cura maldito y en el maestro de la irreverencia. El contenido oscuramente luminoso de su nueva novela Mi Noche en Buenos Aires, y la transgresión avasalladora de la misma, incidió para que fuera imposible su publicación en editoriales tradicionales y prestigiosas: ninguna se atrevió, pero Juan Mario Sánchez Cuervo sí, por eso hizo rancho aparte y fundó su propia editorial: Lira Editores, en honor a quien fuera su fiel mascota, y quien ocupa un puesto importante en todas sus obras. Juan Mario es animalista, y su mayor sueño es construir un gran albergue para perros abandonados, enfermos y en estado terminal. Para él no existen los límites, y así como se lanza en esta nueva empresa quijotesca, de seguro también conseguirá ayudar a nuestros amados caninos.
A Juan Mario Sánchez Cuervo las grandes editoriales del país le cerraron las puertas, y para completar su auto condena, en términos literarios le ha declarado la guerra a algunas vacas sagradas e intocables de nuestras letras, lo que de paso lo convierte en un escritor de la diáspora, del destierro o de la marginalidad, pero afortunadamente cuenta con muchos lectores. Un escritor necesita talento, estrella, disciplina y buenos lectores, y Juan Mario reúne todo eso y más. De esta guerra saldrá bien librado y fue lo mejor que le pudo ocurrir: a esas editoriales de renombre solo tienen acceso unos cuantos, y lo logran tras mucho lobby, recomendaciones, palancas y demás influencias mediáticas, pues en Colombia la corrupción tampoco es ajena a la cultura y a las artes. No es el primero ni será el último en asumir por su propia cuenta y riesgo la edición de sus obras, en el pasado lo hicieron Nietzsche, Lewis Carroll, Dostoievski, Edgar Allan Poe y Benito Pérez Galdós, el tiempo les dio la razón. En los últimos años famosos autores han triunfado con auto publicaciones, tanto que las mismas editoriales que los rechazaron han tenido que buscarlos para acogerlos en su seno o para reengancharlos. Nada de raro tiene que en poco tiempo esté sucediendo lo mismo con el autor de Mi Noche en Buenos Aires: la calidad nunca podrá ser oscurecida o torpedeada: la calidad se impone.
Doy fe de esta nueva novela de Juan Mario Sánchez Cuervo. Y doy fe de todas sus obras, pues he sido desde hace 19 años su tutor. Él fue, además, mi brillante alumno en la Universidad de Antioquia. Nuestra amistad comenzó en 1990 en un curso de Literatura Griega, él era apenas un jovencito con inquietudes intelectuales. Conocí tempranamente su talento en un ensayo que con acierto y originalidad tituló: El proceso de Edipo y la Tragedia de Joseph K., el cual sería publicado en la revista Lingüística y Literatura de la misma universidad en 1991. Como anécdota les cuento, que a ese excelente trabajo académico le puse por calificación un cinco, y de paso le dejé la asignatura en cinco, desde entonces me la he jugado por Juan Mario. He tenido la fortuna de formar parte del jurado en varios concursos o premios de novela, al lado de figuras como Héctor Abad Faciolince, Mario Mendoza, por nombrar solo dos, y puedo asegurar que las dos novelas anteriores de Juan Mario (La otra Cara de la Muerte, Fondo Editorial Eafit, 2012; Como una melodía, Sílaba Editores, 2015), tienen una gran calidad artística. Pero como se suele decir en el béisbol: con Mi Noche en Buenos Aires, la sacará del estadio. El relato se desarrolla en la capital federal de Argentina en los primeros años del siglo XXI, en plena crisis económica de aquel país del sur del continente. La obra que pertenece a la saga El Panteón de Eros, protagonizada por Juan Aguilera, pone a dialogar dos ciudades: Medellín y Buenos Aires; dos barriadas la Comuna 13 (de la capital antioqueña) y la Villa 31 (de la ciudad porteña); y dos mundos disímiles, pero que se atraen para destruirse: el mundo soñador de Juan Aguilera y el bajo mundo (o alto, eso nunca se sabe) de María Andrea Madrid, la hermosa y libertina joven estudiante de filosofía de la Universidad de Buenos Aires (la UBA). En Mi Noche en Buenos Aires se combinan los mejores ingredientes de la novela negra, erótica, filosófica y poética: ingredientes explosivos como el de esos cocteles exquisitos y peligrosos. El lector, quizás, llegue a leer el libro como yo lo hice: al borde del asiento y a punto de caerme. Los amantes del vértigo no se la pueden perder.
No puedo pasar por alto un dato importante: nuestro escritor empezó escribiendo poesía, y esencialmente es un poeta. Sus dos libros de este género, Naufragio en la noche (2000) y En el panteón de Eros (2004), no son de su agrado y ha procurado mantenerlos en el olvido, a mí en cambio me parecen excelentes poemarios.
Por último no estamos ante un escritor novel: Juan Mario ya tiene obra, y algunos reconocimientos en el país, aunque, como sucede muchas veces, quizás sea más conocido en el extranjero, y como prueba de ello, hace poco presentó una de sus novelas en Buenos Aires, Argentina. Artículos suyos han aparecido en medios importantes como El Colombiano, El Espectador, y últimamente publica con frecuencia en un medio prestigioso y de visiones amplias e imparciales: Las2orillas. La lectura forma parte de mi vida, de hecho tengo prestigio de ser un lector voraz, soy un hedonista de los libros, o un “animal literario”, como me bautizó Mario Mendoza en la Locura de Nuestro Tiempo. Por eso los invito a ser partícipes de un escándalo que incendiará las letras hispanoamericanas a partir del próximo 18 de abril.