Cuando la justicia de Estados Unidos le puso los ojos al presidente de la multinacional brasilera, Marcelo Odebrecht, condenado a 19 años de cárcel, se comenzó a destapar, poco a poco, el escándalo de corrupción más grande en la historia del gigante de Sur América. La resonancia política fue tal que los sobornos de Odebrecht a dirigentes del partido de los trabajadores les costó el puesto y la tranquilidad judicial a los expresidentes Luis Ignacio Lula Da Silva y Dilma Rouseff. Buena parte de sus gabinetes y coaliciones de gobierno están en la cárcel, pero ahora, con la confesión de los directivos de Odebrecht de la entrega de multimillonarios sobornos en doce países más, las consecuencias políticas cruzan fronteras y ya se están sintiendo en Colombia.
Uno de los proyectos más importantes que tiene esta firma en el país son las obras para recuperar la navegabilidad del río Magdalena. En junio de 2015 el gobierno nacional y la corporación autónoma del Magdalena Cormagdalena firmaron una alianza Publico Privada APP para ejecutar el proyecto con una inversión de $2.2 billones de pesos a manejar por el Consorcio Navelena encargado de las obras. Navalena está integrado por Odebrecht (83%) y por la firma barranquillera Valorcon de la que forman parte Julio y Roberto Gerlein, con una participación del 17% en el proyecto.
No se había conocido integralmente la declaración en Estados Unidos, cuando el Fiscal Néstor Humberto Martínez, quien está trabajando en conjunto con las autoridades de EE.UU, comenzó a actuar y ordenó al CTI allanar las oficinas de Cormagdalena.
Para las autoridades no hay duda que parte de los sobornos entregados por esta firma se hicieron frente al contrato y las obras del rio Magdalena cuya asignación y supervisión están a cargo de la entidad departamental y que es manejada por los políticos locales con buena influencia de los Gerlein. El objetivo era recuperar la navegabilidad del rio Magdalena más allá de Barrancabermeja ya que el afluente abastece de energía a gran parte del país. En él están instaladas 21 embalses artificiales e hidroeléctricas entre las que se cuentan El Quimbo (Huila), Betania (Huila), Chivor (Boyacá), Sisga (Cundinamarca) y Guajaro (Atlántico), entre otras.
Uno de las primeras debilidades que comenzó a tener el proyecto fue la falta de experiencia del Consorcio Navelena en proyectos de esta envergadura que requerían alta capacidad técnica y de conocimientos y tecnología para poderse llevar a cabo. Desde agosto de 2015 el consorcio se ha propuesto dragar y hacerle mantenimiento al canal de acceso pero con retrasos que tienen frenada la operación portuaria y en posibles problemas al senador más veterano del Congreso con el sello conservador: Roberto Gerlein-