Él es Marino Hinestroza, el caleño que nació pobre, creció como obrero, y quiere brillar en la Selección

Él es Marino Hinestroza, el caleño que nació pobre, creció como obrero, y quiere brillar en la Selección

El joven que juega en Atlético Nacional vivió grandes dificultades y, aunque se ha ganado fama de arrogante, sabe que para salir adelante hay creerse el cuento

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marzo 24, 2025
Él es Marino Hinestroza, el caleño que nació pobre, creció como obrero, y quiere brillar en la Selección

Como de costumbre, la lista de convocados de Néstor Lorenzo para la doble fecha de eliminatorias de marzo no contó con muchas sorpresas. El argentino se ha caracterizado por trabajar con una pequeña base de jugadores a quienes les ha entregado su entera confianza, hasta el punto de dejarlos en cancha los minutos que le pidan sin tener en mucha consideración algunos revulsivos. Sin embargo, aún con eso, sí que hubo espacio para que se estrenara un joven al que le vienen pidiendo a gritos desde hace algunos meses: Marino Hinestroza.

Aunque debutó en 2018, fue hasta el año pasado que el futbolero promedio comenzó a escuchar acerca de esta joven promesa, puesto que fue entonces que la comenzó a romper toda en Atlético Nacional, el equipo en el que finalmente pudo explotar todo el talento y las capacidades que ya dejaba divisar cuando apenas era un niño y jugaba en la Escuela San Luis en Cali, la ciudad en la que nació, en la que se crio y en la que tuvo que pasar las duras y las maduras para salir adelante, llegando incluso a tener que ayudar a su papá a cargar ladrillos cuando este trabajaba en el negocio de la construcción.

Allí, bajo las órdenes de Leonardo Molina, un guarda de tránsito que en sus tiempos libres entrenaba niños de barrios marginales para alejarlos de las drogas y la delincuencia y llevarlos por las riendas del deporte, Marino Hinestroza comenzó a deslumbrar con la velocidad y la gambeta que hoy lo tienen como un jugador único en el fútbol colombiano.

El primer equipo que le dio la oportunidad fue el Orsomarso de Palmira, cuyo dueño es uno de los herederos de José «Pepino» Sangiovanni, quien fuera uno de los grandes artifices de que el América de Cali se convirtiera en un grande por allá en la década de los 80s. Justamente, fue en el conjunto escarlata donde Marino pudo continuar su carrera, logrando así tener la vitrina perfecta para, a sus escasos 17 años, mostrarse ante el gran público.

Sin embargo, su paso por el América terminó siendo poco más que anecdótico, ya que el equipo de Tulio Gómez apenas le dio minutos para mostrarse e incluso lo terminó cediendo al Palmeiras de Brasil, uno de los más grandes del continente, pero donde tampoco pudo brillar.

Cansado, Marino buscó opciones en el extranjero y este terminó siendo el bálsamo necesario para revitalizar su carrera. Pachuca de México y Columbus Crew de Estados Unidos fueron los dos equipos que se fijaron en él y fue en esas dos instituciones en las que finalmente pudo despegar, logrando jugar más de 50 partidos entre las dos y, aunque no se destacó mucho en participaciones en goles -esta nunca ha sido su mayor virtud, aunque es una deuda pendiente-, sí que dejó muy buenas sensaciones.

Su periplo por el extranjero no duró mucho, puesto que sus apariciones en la prensa internacional llamaron la atención de un club colombiano, aunque no precisamente de su natal Cali, sino de Medellín. Se trataba de Atlético Nacional, el más veces campeón, que lo trajo para ser el amo y señor de su banda derecha y mal no les ha salido.

En 2024, su primer año consolidado en la élite, el joven caleño se logró colar en el 11 ideal de Acolfutpro

Tras quedar campeón de Liga, de Copa Colombia y de Superliga, el llamado de Marino a la selección estaba cantado y se sabía que iba a llegar tarde que temprano, esto a pesar de que también habían otros haciendo fila y esperando su oportunidad como es el caso de, por ejemplo, Duván Vergara. Ahora, el reto para él es trasladar es trasladar todo su talento a escenarios en los que tendrá encima los ojos de todo el país, pero, con su mentalidad todo parece indicar que no tendrá muchos problemas para adaptarse. Bien lo dijo él en zona mixta tras ayudar a Nacional a ganar su estrella 18 "Ya estamos cansados de ser humildes y no ganar nada".

Lástimosamente para él, Néstor Lorenzo no lo tuvo en cuenta para ser uno de los revulsivos que le hubieran podido dar una mano a Colombia en la derrota por 2-1 frente a Brasil el pasado jueves 20 de marzo. Sin embargo, el niño arrogante que se ha ganado a pulso todo en la vida espera tener minutos contra Paraguay y tener finalmente el debut más esperado de su carrera a los 22 años.

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