La historia de Jonas Vingegaard comenzó en uno de los países más planos del mundo: Dinamarca, donde la colina más alta tiene apenas 171 m.s.n.m. Con ese antecedente, podría creerse que el hoy campeón del Tour de Francia tenía todas las de perder ante aquellos ciclistas que crecieron en medio de las montañas, como los franceses o los españoles, pero con dos motores como piernas y con un entrenador como Tim Heemskerk, el danés volvió a dar el batacazo y se vistió con el maillot amarillo.
El joven ciclista inició su pasión deportiva viendo partidos de balonmano y bádminton, disciplinas por los que tenía gran amor, pero fueron sus padres quienes le inyectaron la pasión por el ciclismo. Cuando tenía 11 años, Jonas Vingegaard fue a ver la salida de una etapa de la vuelta a Dinamarca y se enamoró de los cascos, las zapatillas y las ciclas. En ese momento, empezó a practicar el deporte y poco a poco tomó regularidad en los entrenamientos.
Aun así, Jonas Vingegaard no entrenaba como un profesional. Entre las competencias amateurs y su idea de tener un oficio extra si el ciclismo no funcionaba, el pedalista trabajaba en una planta de pescados, en el puerto de Hanstholm. Sin embargo, su destino estaba marcado y después de conseguir el récord en el Coll de Rates, con el Team Coloquick danés, llamó la atención del Jumbo y en 2019 conoció a Tim Heemskerk, el entrenador que lo catapultó en el ciclismo internacional.
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¿Quién es Tim Heemskerk, el entrenador de Vingegaard?
Tim Heemskerk es uno de los entrenadores de alto rendimiento de la escuadra Jumbo Visma. Nació en 1976, en Países Bajos, y en su juventud fue ciclista de ruta y también de la categoría MTB. Después de su carrera deportiva, en donde no tuvo mayores reconocimientos, se dedicó a ser entrenador del equipo nacional MTB de Países Bajos y luego, en 2018, fue el encargado del equipo ciclístico de Estados Unidos.
Ya en 2019, cuando Vingegaard entró a hacer parte del Jumbo, Heemskerk le vio unas condiciones superiores a las de los demás y empezó a entrenarlo intensivamente. Siendo gregario de Primoz Roglic, en 2021 sorprendió a todos quedando segundo del Tour, por detrás de Pogacar, después de que su líder flaqueó. Y ya en 2022, después de entrenarse en Sierra Nevada y en los Alpes, confirmó que las premoniciones de su entrenador no eran en vano, aun siendo criado entre planicies, era un escalador de peso. Se puso por primera vez el maillot amarillo.
En la presente edición del Tour de Francia, lo que parecía ser una carrera de dos, Vingegaard vs Pogacar, resultó en un derroche de talento del danés, quien, no solo le sacó varios minutos al esloveno, sino que barrió con lo demás corredores batiéndolos por más de 10 minutos. Tom Heemskerk sirvió para ese objetivo y ayudó en la preparación. Si no hubiese sido por su fe, el hoy mejor ciclista del mundo podría seguir limpiando pescados en Dinamarca, desperdiciando la fuerza que Dios le dio en sus piernas.