Tras las fuertes declaraciones de la mandataria sobre el trabajo que debían implementar los defensores de DD.HH. durante las protestas, varios representantes y colectivos hicieron un plantón enfrente del Palacio de Liévano, en protesta al desprestigio de sus labores.
En protesta al desprestigio de sus labores, llamaba mucho la atención el modo como la secretaria de gobierno y demás autoridades los estaban esperando con un escuadrón de la Policía Nacional y sus escudos antimotines; lo que daba a entender cómo se tomaban a la defensiva las protestas y plantones pacíficos por parte de los colectivos que siempre han estado a la mano de brindar un servicio social en las manifestaciones que se presentan en Bogotá.
Al mismo tiempo, los líderes de estos colectivos decidieron entrar en reunión a puerta cerrada con los representantes de la alcaldía, lo que era un importante para abrir una mesa de concertación y conversación con la alcaldía mayor. Siendo el primer paso para dejar un antecedente del trabajo organizativo y logístico que aplican los defensores de DD.HH. A esto se sumaron los otros integrantes de los colectivos al realizar un plantón en la carrera décima, para lograr alzar aún más la voz de protesta y el reconocimiento que se debe brindar aquellos que logran proteger y asegurar la integridad de los manifestantes que se encuentran en las marchas, protestas, plantones, etc.
Finalizando ya la reunión con los líderes y autoridades distritales, se leyó un comunicado a la opinión pública en donde se solicitaba de manera respetuosa a la alcaldesa Claudia López, no continuar con las campañas de desprestigio desde su discurso como funcionaria de alto rango, invitando a reflexionar sobre la responsabilidad que se tiene al difundir ampliamente dichas declaraciones estigmatizantes entre la labor de defensa de derechos humanos y el ejercicio de la protesta social, con la “criminalidad” o conceptos vagos como el “terrorismo”.
Para la CIDH, las campañas de difamación o estigmatización en contra de las personas defensoras de derechos humanos constituyen un claro obstáculo para su labor y se trata de un patrón que trasciende el contexto colombiano. Ya que la protesta social ha sido un medio para visibilizar y posicionar las demandas de las organizaciones y movimientos sociales de las que hacen parte las personas defensoras de derechos humanos. En este sentido, es un repertorio de la acción colectiva, pero también es un derecho que debe ser protegido en una democracia.