Partamos por saber que el turismo es una actividad recreativa que consta de viajar o recorrer un lugar por placer.
Pues bien, la naturaleza ha dotado a San Gil y a sus alrededores (Charalá, Barichara, Páramo, entre otros) de muchas cosas que tú y yo debemos cuidar para poder disfrutar, ¿verdad?
Entrando en detalle, les contaré que este es un municipio colombiano ubicado en Santander, que se sitúa sobre el eje vial entre Bucaramanga y Bogotá, y que se constituye como el núcleo urbano más importante del sur del departamento.
Además, en el 2004, fue designado como capital turística por sus características geográficas y climáticas, además de la vocación de sus habitantes, que por cierto tienen muy marcado su famoso acento y sus arraigadas costumbres santandereanas.
En fin, para ir de Bucaramanga a San Gil se pasa por el Cañón del Chicamocha, en una carretera llena de curvas y giros. ¡Ese ya es el inicio de una aventura!
Y eso no es todo, una vez ahí se destaca la riqueza de sus ríos, en los cuales se vive la aventura en botes y donas. El Taquiza, Pienta, Fonce y Suárez (con sus rápidos clase 4 y 5) son algunos de ellos.
También están los descensos en rapel, el torrentismo y la espeleología, todos realizados en maravillosos lugares donde se puede apreciar la majestuosidad de la naturaleza.
Así mismo, para destacar el desarrollo turístico tenemos que nombrar con orgullo algunos sitios que se han forjado con gran esfuerzo y dedicación. Para la muestra tenemos: el Parque Nacional del Chicamocha (inaugurado en el año 2006); el Parque Gallineral; el Parque La Libertad; el Cerro de la Cruz; la Cascada Afrodita; El Puente y San Gil Plaza, entre muchos más lugares que se me escapa mencionar y explorar con sumercé.
He aquí algo importante, mano, para preservar estos espacios debemos ser cuidadosos, por lo que es necesario arrojar las basuras en el lugar indicado, reciclar y hacer todo lo posible para dejar todo como lo encontramos.
Para cerrar, quiero decir que para el nacimiento de una nueva Colombia debemos empezar a hacer las cosas de un modo distinto, entre ellas ver la otra cara de las cosas: una que implique sentir alegría, vencer los miedos y disfrutar la vida con más agrado (lo cual acá hemos logrado con emprendimiento y el estudio de las actividades y de la seguridad apropiada que siempre se brinda para poder atender a nuestros visitantes).
Posdata. Ole, pingo, ¿qué tal la chicha y el masato?, ¿qué me dice de la solterita?, ¿cómo le parece poder ir a la casa de mercado a comerse una fruta fresca y poder sentir el pueblo con sus costumbres y hasta a los chulos husmeando el pescado fresco? Mejor dicho, no me la haga arrechar, venga.