El empresario colombiano que supo hacer plata con la “Cruz de marihuana” y otros corridos prohibidos

El empresario colombiano que supo hacer plata con la “Cruz de marihuana” y otros corridos prohibidos

Alirio Castillo recorrió el país vendiendo discos en los que compilaba las canciones que contaban historias de violencia que suenan en todas las cantinas

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marzo 08, 2024
El empresario colombiano que supo hacer plata con la “Cruz de marihuana” y otros corridos prohibidos

A fines de los noventa, la industria de la música mundial comenzó a caer y, aunque todavía se discuten las razones, suele decirse que la gente simplemente se cansó de pagar por compactos de un solo artista que sólo tenían "dos canciones buenas". Alirio Castillo, creador de la serie llamada Corridos Prohibidos, era un promotor que trabajaba con grandes discográficas y que estaba cansado de que le dijeran que lo que daba plata eran los artistas de afuera. No los de acá.

Él no sólo sabía que se equivocaban, sino que tenía las agallas para irse hasta las zonas más recónditas de esa Colombia de los noventa. Aquel golpeado país en el que tan sólo viajar por tierra podía significar arriesgarse a un posible secuestro guerrillero.

Alirio Castillo había comprado las licencias de “Cruz de marihuana” y “Pista secreta”, dos canciones de unos mexicanos que se hacían llamar Grupo Exterminador. Él tenía la idea de encontrar más cantantes, pero colombianos, que también contaran historias de narcotráfico, para así hacer un compilado de artistas que entonces pensaba llamar Cantina Abierta.

Ese primer éxito que muchos recuerdan por su frase “cuando me muera levanten, una cruz de marihuana”, le encantó a los campesinos y a los raspachines colombianos. Pero popularizarla no fue fácil, Alirio Castillo estuvo dando lora con su canción en los pueblos durante dos años para lograrlo.

Ese trabajo de dedicado investigador, cronista y lo que hoy en día llamaríamos un A&R de artistas, que es cómo se les llama a los buscadores de talentos, le permitió lanzar el primer compilado de su colección Corridos Prohibidos.

Entonces Alirio Castillo no lo sabía, pero en ese disco participarían los que hasta la fecha son los dos mayores exponentes de este tipo de música en el territorio nacional: Uriel Henao y Rey Fonseca.

Ya en ese disco había logrado meter una de las canciones más importantes de los corridos prohibidos que se harán en el país, “La Kenworth plateada” de Uriel Henao, que contaba la historia de un camión gigante que iba cargado de cocaína atravesando diferentes ciudades de Colombia hacia la zona de la frontera con Venezuela.

Otras canciones como el “Corrido del cocalero” de Rey Fonseca, “El cartel de Cali” de La Furia Norteña o “El carro negro” de Los Renegados, también fueron grandes éxitos de este álbum.

Alirio Castillo llegó a vender hasta 200.000 copias de algunos de sus álbumes. Todo esto lo logró promocionando música que por su contenido lírico las radios no ponían y que en algunos pueblos no se podía colocar hasta después de las once de la noche.

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Corridos prohibidos - El empresario colombiano que supo hacer plata con la “Cruz de marihuana” y otros corridos prohibidos
El compilado 'Corridos prohibidos' de Alirio Castillo se edita desde fines de los noventa. La próxima edición será la número 25.

Así es contar la realidad de Colombia con canciones

Alirio Castillo recuerda que en sus viajes fue interceptado tanto por el ejército, la guerrilla y los paramilitares. Todos le preguntaban por su “cargamento” y él sin ninguna preocupación les mostraba todo, les decía que sólo vendía música “para chupar”.  De acuerdo a una entrevista con Paula Ricciuli en Shock, hasta las autodefensas –que eran las que más plata tenían en sus bolsillos– le compraban sus CD.

Este tipo de viajes hizo que Castillo entendiera que no se quería limitar a colombianizar los narcocorridos mexicanos, sino que necesitaba que en sus discos se hablara de la extorsión, del secuestro y de otros males que están más relacionados con las personas de nuestro país. De esta idea nació el tercer volumen de sus Corridos Prohibidos, donde lo acompañaron sus siempre fieles Uriel Henao y Rey Fonseca.

El primero participó con una canción llamada “Son unas ratas”, inspirada en una frase del exsenador Carlos Moreno de Caro y que incluía su nada sutil frase: “mientras los pobres comiendo m1erd@, los de allá arriba la tienen [la plata] por montón”.

“El sapo” de Los Renegados, “Mañana me matan – El secuestrado” de Rey Fonseca y “Cruz de amapola” de Silvestre Solano, también conformaban este volumen tres del compilado.

Al disco no le fue tan bien en ventas, pero el hecho de que saliera en una época en la que se vendían muchísimos menos compactos puede haber influido. Muchas de las canciones de estos compilados, que salieron por primera vez en 1997 y que se aproximan a su volumen número 25, fueron compuestas por el propio Alirio Castillo.

Él es gran admirador de Álvaro Uribe y en los últimos años también le ha compuesto canciones como “La hora cero”, sobre la esperanza que tenían algunos colombianos en su primer gobierno y “Uribe soy yo”, inspirada en el conflicto legal que ha tenido el político con su adversario Iván Cepeda y que comenzó en 2012, cuando el expresidente Uribe acusó al Senador de presunta manipulación de testigos, basándose en un testimonio del exparamilitar Juan Guillermo Monsalve. 

Pero luego Monsalve aportó información en la que acusó al expresidente Uribe de comprar declaraciones por 200 millones de pesos, por lo que la investigación inicial se convirtió en un proceso que los medios bautizaron ‘Caso Uribe’ y sigue sin resolverse en la actualidad.

Los cantantes de pueblo que ahora cobran millones por presentación

Alirio Castillo cuenta que los artistas de corridos prohibidos colombianos, antes viajaban en moto y luego en carros lujosísimos, que gracias a su compilado ahora cobran millones por presentación. El líder indiscutible es Uriel Henao, quien no sólo ha sido bautizado como El Rey de los Corridos Prohibidos, sino que se embolsilla, como mínimo, 15 millones de pesos por presentación.

Rey Fonseca ha llegado a pedir como mínimo 8 millones, aunque con la inflación postpandémica podría estar cobrando el doble. Los referentes menos conocidos, por lo menos se llevan 5 millones por un show.

Los shows privados dejan más, si algún empresario o capo regional está enamorado de sus canciones, las cifras pueden llegar a ser realmente exorbitantes. Entre fiestas privadas y shows en pueblos, pueden hacer por lo menos cinco presentaciones en un solo mes.

Los corridos prohibidos son un género musical conservador, que muestra un enfoque crudo a la hora de abordar las realidades y por esta razón, las mujeres que han intentado cantarlo no han tenido mucho éxito. Los hombres que dominan en ese movimiento no creen que las mujeres puedan tener un lugar en él.

“No es para niñas”, remarcaba Alirio Castillo en una entrevista de hace años, porque para él, el predominio masculino de los intérpretes que cantan estos narcocorridos es una obviedad.    

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