El empresario chino Ren Zhengfei, fundador y presidente de Huawei Technologies, es a sus 75 años, uno de los empresarios mas influyentes y ricos de China y el ojo del huracán en la guerra comercial entre EE. UU. y China.
A sus 75 años, el empresario chino Ren Zhengfei enfrenta la dura presión de Donald Trump contra su compañía Hauwei, la primera marca global china , con operaciones en 170 países y 180.000 empleados, el mayor manufacturador de hardware de telecomunicaciones y de teléfonos móviles, (estos últimos además los segundos más vendidos).
Hijo de padres profesores de una escuela rural, Ren Zhengfei vivió primeros años en las remotas montañas de la provincia de Guizhou. Posteriormente, se graduaría del Instituto de Ingeniería Civil y Arquitectura de Chongqing, y trabajaría como ingeniero civil, pero en esa época, las perspectivas de empleo eran muy limitadas como consecuencia de la Revolución Cultura, por lo que Ren decidió en 1974 unirse al cuerpo de ingenieros militares del Ejército Popular de Liberación.
El gobierno chino recurrió al ejercito para completar un proyecto de fibra sintética en una zona remota y pobre del país donde nadie quería trabajar y allí fue a dar.
Zhengfei quien fue escalando posiciones administrativas hasta ser invitado a la Conferencia Nacional de Ciencias en 1978 y al Congreso Nacional del Partido Comunista de China en 1982, partido del cual es miembro activo.
La situación de su país forzó a Zhengfei con una modesta pensión a trabajar en el departamento de logística de una corporación petrolera. En 1983, a pesar de su recelo con el entorno empresarial propio de la época, supo detectar una oportunidad en la reventa de equipo electrónico importado a China. Con menos de 3000 euros en 1987 decidió crear una empresa de telecomunicaciones, en Shenzhen. Había nacido Huawei, que desde entonces dirige.
Discreto, ajeno a los medios, conserva hábitos no tan frecuentes entre millonarios como hacer cola para esperar un taxi a la salida del aeropuerto de Shanghai, y fiel a sus orígenes rurales, ha sido responsable por el desarrollo de programas de cooperación en las regiones del interior de China.
Ren Zhengfei se ha casado en tres ocasiones y tiene tres hijos. Su actual esposa, Su Wei, fue anteriormente su secretaria. A principios de los 70 tuvo sus dos hijos mayores, Meng Wanzhou y Meng Ping, quienes adoptaron el apellido de sus madres (que en China se utiliza al inicio del nombre) para evitar atenciones innecesarias. Poco después de fundar Huawei, Ren se divorció para casarse con su segunda esposa, Yao Ling, con quien tuvo a su tercera hija, Annabel Yao, que hoy tiene 20 años.
Su hija mayor, Meng Wanzhou es quien terminó enredada y ahora se encuentra en libertad bajo fianza en Canadá, luego de pagar $ 6 millones de dólares. Esta acusada de conspiración para defraudar a instituciones financieras con el fin de acceder al mercado iraní, violando así las sanciones impuestas por Estados Unidos. Wanzhou, quien tiene 47 años, se la conoce por otros dos nombres, Sabrina o Cathy Meng, casada dos veces, tiene cuatro hijos y maneja siete pasaportes. Comenzó su carrera como recepcionista hasta llegar a ser la directora financiera de Huawei. Sus abogados alegan que su retención se debe a factores políticos, para lo cual recurren a los comentarios del presidente Trump sobre la posibilidad de retirar los cargos si China colabora en sus negociaciones de comercio entre ambos países.
Sobre su segundo hijo, Meng Ping, también conocido como Ren Ping, poco se sabe, al margen de que también trabaja en la empresa de su padre y que parece tener escaso interés en sucederlo al frente de la compañía. La hija menor, Yao, en cambio, no maneja el perfil bajo de sus hermanos mayores, y transmite en redes sociales imágenes de lujo en las que muestra su pasión por el ballet, la moda y los viajes.
A pesar de su gran éxito, Huawei nunca ha podido disipar la nube de sospechas que se cierne sobre Ren. Entre otras, por ser él un experto en tecnología militar. Tampoco ayuda, que muchos ataques cibernéticos y espionaje se originan en China. La preocupación se ha centrado sobre si Huawei podría llegar a usarse para espiar a competidores extranjeros, robar propiedad intelectual o incluso instalar "interruptores" en proyectos energéticos o industriales.
Ren Zhengfie, ha reiterado que rechazaría cualquier solicitud del gobierno Chino para la entrega de los datos de la compañía o sus usuarios. Pero la verdadera pregunta no es tanto si Huawei tiene actualmente una operación de espionaje encubierta, sino si podría ser forzada a convertirse en una. Las compañías chinas, y Huawei no es una excepción, suelen tener un comité del partido comunista dentro de su arquitectura corporativa. Una nueva ley de inteligencia nacional que entró en vigor el año pasado establece que: “Todas las organizaciones y los ciudadanos deben, de conformidad con la ley, apoyar, cooperar y colaborar en el trabajo de inteligencia nacional, y proteger el secreto del trabajo de inteligencia nacional del que tengan conocimiento”. Y a su vez, que "El estado protegerá a las personas y organizaciones que apoyan, cooperan y colaboran en el trabajo de inteligencia nacional".
En declaraciones a los medios estatales chinos, Ren ha minimizado el impacto de las recientes restricciones en Estados Unidos luego de que Google se sumara a las sanciones cortando el acceso de Huawei a la licencia de Android. El presidente Trump, motivado por la preocupación de los usuarios y los efectos económicos y logísticos adversos en compañías estadounidenses que poseen millonarias inversiones en componentes Huawei, ha anunciado una tregua al retrasar hasta el 19 de agosto el veto al gigante chino. Ren Zhengfei, en respuesta, ha indicado que Washington subestima a Huawei, y que ninguna otra compañía podría ponerse al día con su tecnología 5G en el futuro cercano, recalcando otro de los grandes temores de Trump, la supremacía tecnológica China.