¿Quiénes en muchos países no han escuchado, entre otras, las canciones vallenatas “El Santo Cachón” o “Se le moja la canoa”? Millones. Estas son dos melodías jocosas que por años han hecho reír y gozar a muchas personas por la armonía y la letra tan pegajosa como divertida.
Estas dos canciones, de paso, hicieron saltar a la fama a mediados de los 90ª a la hoy legendaria agrupación musical colombiana Los Embajadores Vallenatos, integrada por Robinson Damian y Ramiro Colmenares.
“Me dijeron que te vieron, te pillaron
El otro día ‘sabroseando’ con un señor que no era yo…
…¡Que te perdone yo, que te perdone
Como si yo fuera el ‘santo cachón’!…”
(Canción “El Santo Cachón”: Compositor: Romualdo Brito).
“Con tronco e’ bigote, con saco y corbata
Pero vean qué vaina cuando se emborracha…
Y que se le moja la canoa
Y que se le moja la canoa
Y que se le moja la canoa
Pobre hombre cuando se emborracha”
(Canción: “Se le moja la canoa”. Compositor: Guadis Carrasco)
El cantante guajiro Robinson Damián y el acordeonero bumangués, Ramiro Colmenares, han sido dos ídolos de multitudes que han dejado en ese folclor y en el mundo una huella difícil de borrar u olvidar. Marcaron una manera de hacer música y un estilo propio.
Por eso la muerte súbita el pasado 17 de septiembre del acordeonero Ramiro Colmenares, en una gira musical en la ciudad paraguaya de Encarnación, trajo un profundo luto a esta
“En el taller que siempre lo veíamos trabajando y arreglando o tocando acordeones”, le dijo el niño de 9 años Tomás Colmenares al periodista del programa de televisión Testigo Directo, Héctor Sarasti. “Por lo que me dijo él sentía que se iba a morir allá”.
“A mi me motivo a hacer la carta porque es muy duro saber que se puede perder a un abuelo que tanto ha durado con uno”, dijo Tomás.
“Yo le puse: “Nono (abuelo) te extrañamos, queremos que tu vuelvas”. Relató el menor que incluso su abueo Ramiro lo llamó desde Paraguay y le dijo: "Papito: ya vi la cartica que tú me la mandaste gracias, yo te amo".
La misiva en las manos frías del cadáver de Ramiro la hallaron el manager Abimael Iguarán y el cantante David Cuadros, dos de sus acompañantes en esa gira, quienes ingresaron a la habitación cuando se percataron de que el artista no salía de allí.
Ejemplo de ser humano
Lo que la mayoría de la gente no sabe es que Ramiro Colmenares había fundado en 2005 la entidad “Sueños y Realidades”, que ubicó incluso en su propia casafinca de Floridablanca (Santander), para ayudar a los niños y a los adultos enfermos de autismo. Precisamente, allí tenía a uno de sus dos hijos que padece de esta discapacidad.
“Pero quiero contarles el gran secreto de la vida de Ramiro Colmenares y su esposa Esperanza Carvajal: ellos son benefactores de una fundación de personas en condición de discapacidad”, reiteró una mujer que asistió al entierro del artista que se realizó en Tierra santa Parque Memorial, en la ciudad colombiana de Bucaramanga.
“El señor Ramiro Colmenares, de la ganancia de su música, puso plata para esta fundación, amó a estos niños, los niños siempre lo amaron”, enfatizó la mujer que habló en el concurrio sepelio.
Esperanza Carvajal le dijo a Testigo Directo: “Él era mi vida, mi amor, mi hombre, mi principe, mi esposo. Que cosa tan dura, yo estaba en la casa cuando me dijeron que algo le había pasado. Yo sentí que en el fondo me iban a decir que habia muerto”.
“Ese mismo viernes a las 9 y 40 de la noche hablamos por whatsapp, me dijo que estaba ensayando, preparándose para el concierto”, recordó la esposa.
Por su parte, el cantante Robinson Damián contó que dias antes tuvo una corazanada relacionada con la muerte de uno de los dos. “Yo me senté en la cama y veía a Ramiro en mirando el féretro y estaba yo adentro del cajón, como si hubeira muerto yo primero”, dijo el guajiro Robinson.
En la actualidad, la agenda de conciertos la tomará el hijo de Ramiro, Carlos Andrés Colmenares quien junto con el cantante Tulio Turizio buscan preservar el buen nombre de Los Embajadores Vallenatos.
Carlos Colmenares sigue la escuela de su padre en el acordeón lo que garantiza a su público de que el legado de este bumangués seguierá por años. “Ese es el legado que yo recojo y que llevaré por todo Colombia y el mundo”, vaticinó Colmenares hijo.
“Así nunca morirá esa hermosa herencia”, finalizó.