Para entender el inesperado y sorprendente éxito de Donald Trump es indispensable averiguar ¿quién hace parte de su electorado? Es decir, tratar de identificar quienes son los hombres y mujeres que han puesto, y muy probablemente van a seguir poniendo, los votos para que Trump sea potencialmente el próximo presidente de Estados Unidos. No hay nada más difícil que especular, pero en una primera aproximación quisiera plantear una serie de hipótesis. Pero antes de enumerarlas es importante que el lector tenga en cuenta que el 70 % de los estadounidenses quieren un cambio. Esta estadística hace que cualquier outsider (el que no pertenece a el ‘establecimiento’) tenga excelentes posibilidades de sobresalir.
—En primer lugar dentro de los electores de Trump están aquellos que perciben que el sistema económico y social vigente les ha hecho una mala jugada; y que asumen, con o sin fundamentos objetivos, que su estatus económico y social se ha deteriorado en las últimas décadas. Este grupo de personas —mayoritaria, más no exclusivamente compuesta de blancos— pertenece a una ‘clase media’ que hay ido paulatinamente desapareciendo. Pero no sólo es el hecho de el encogimiento de esta ‘clase media’ lo que los preocupa, sino que sus ingresos absolutos y relativos han estado disminuyendo de manera vertiginosa. Este grupo lo compone principalmente aquellos que las nuevas tecnologías han reemplazado, ya sea por ‘robots’, o simplemente por que sus actividades son irrelevantes en la era de la informática.
—Un segundo grupo que hace parte de las huestes de Trump son aquellos que piensan que la globalización y la China, y de manera más concreta el Tratado de Libre Comercio con México, es la culpable de que hayan o perdido su empleo, o que sus salarios se hayan estancado de manera dramática. Para este grupo, el que al final del día Estados Unidos haya ganado bastante más en su apertura comercial con el mundo, empezando por tener una inflación bajísima, desconocen que estas ventajas se deben en gran parte es a las importaciones de México y de la China; y al hecho que al poder unas firmas como Apple dominar el mercado mundial, sus costos y precios son más razonables. Estos argumentos a favor del libre comercio, poco les convencen.
—Un tercer grupo que respalda incondicionalmente a Trump son los xenófobos y los racistas que ve en todo extranjero, pero muy principalmente en los latinos en general y los mexicanos en particular una serie amenaza a sus empleos y sus costumbres. En este grupo se encuentran aquellos que son incapaces de aceptar que la grandeza de Estados Unidos se debe principalmente a que los inmigrantes de todos los rincones del planeta tuvieron oportunidad de contribuir de manera decisiva al crecimiento de esta nación. En este grupo están los que consideran a Trump como el último de los WASPS (Blanco, sajón, y protestante), aquellos que en su opinión fueron los auténticos forjadores de la ‘Grandeza Nacional’.
—Un cuarto grupo son aquellos que ven con enorme preocupación el crecimiento de la creciente desigualdad y asumen que buena parte de la culpa de este fenómeno la tienen las hienas privilegiadas del Wall Street, chupasangres que disfrutan de todo tipo de privilegios políticos y fiscales. Dentro de este grupo están aquellos que ciegamente creen en el plan de Trump de recuperación parcial se basa en pagarle a los acreedores de Estados Unidos menos del valor nominal de los bonos del Tesoro que poseen. Expertos dicen que se trata de una idea peligrosa que haría dispararse las tasas de interés, descarrilaría el crecimiento económico y minaría la confianza en el activo financiero más confiable en el mundo.
—Finalmente el hecho que Trump sea un multimillonario los atrae enormemente. Estos electores están dispuestos a pasar de largo una serie de prácticas comerciales poco ortodoxas de Trump como es el pasarse por la faja, por medio de una serie de triquiñuelas, el pagar sus obligaciones financieras. En Estados Unidos, el haber quebrado (Como Trump ha hecho varias veces), lejos de ser un estigma, es un punto a favor.
No creo que Trump llegue a la presidencia de Estados Unidos, pero no me cabe la menor duda que política y socialmente Estados Unidos va a atravesar en un futuro inmediato una serie de cambios profundos y dramáticos.
