Desde que llegó a Europa el cucuteño ha tenido problemas con la mayoría de sus técnicos. Primero fue con Claudio Ranieri. Tenía 20 años y pintaba para ser una joya del fútbol mundial. Su venta del Porto al Mónaco alcanzó los USD$ 40 millones. Era, en ese momento, la venta más cara de un jugador colombiano en la historia. En los primeros meses la noticia escandalizaba al país. James no jugaba. El técnico italiano era problemático. Apegado al catenaccio, la tradicional manera de jugar italiana en donde primaba el juego defensivo, se sabía que Ranieri tenía problemas con los futbolistas creativos. En Colombia se despertó una ola de indignación: ¿cómo era posible que no usara al crack cucuteño? Los insultos al italiano aparecían en redes Fueron meses en los que James estuvo sentado. Cuando lo ponían desplegaba su talento y hacía goles y era decisivo. Ranieri se defendía diciendo que James era poco aplicado, que casi no trabajaba en marca, que sólo quería jugar a la ofensiva. Luego vino el mundial de Brasil y James se convertía en el goleador más joven de la historia de la competición. Vendría la compra del Real Madrid. Otro record: USD$ 80 millones.
La primera temporada con Ancelotti fue de ensueño. 18 goles, una veintena de asistencias, el Bernabeu se convrtió en la casa donde era idolatrado cada domingo. Al italiano lo sacaron por una temporada nefasta en donde no ganaron nada. Vendría un entrenador defensivo, Rafa Benítez, y ahí empezó un infierno. Lo que empezó a molestarle a Benítez fueron las exigencias de James, exigencias económicas. Él quería ganar lo mismo que Ronaldo y que Bale. Se declaró en una especie de rebeldía y, además, no llegó a tiempo al principio de la temporada 2015-2016. Una lesión en un partido amistoso con Colombia en Estados Unidos lo marginó dos meses de la cancha. A partir de allí James no tuvo continuidad en el equipo. Ni siquiera la llegada de Zidane, que auguraba una titularidad para el Diez, cambió la suerte. Todo lo contrario, James fue borrado de la titularidad. En Colombia el francés se convirtió en la persona más odiada del país. Cansado de una pelea perdida, James se fue del Madrid al Bayern. En España no lo extrañaban. James se creía más importante que el equipo. Zidane parecía haber ganado el pulso. Los números le daban la razón. ¿Cómo no? Se convirtió en el más ganador de todos los tiempos en el Madrid.
Foto IG: jamesrodriguez10
En Bayern James se fue prestado. Ni siquiera pagaron los USD$ 60 millones en los que se había depreciado. Al Bayern llegó un entrenador que le dio el cariño que el ego del colombiano necesitaba. Jupp Heynckes hablaba español y lo entendía. Jupp Heynckes lo convirtió de nuevo en una estrella. A James hay que contemplarlo y ese amor da frutos. El Colombiano estuvo en el once ideal de la Champions. Había regresado su calidad. Heynckes se fue. Su reemplazo fue Niko Kovac. Desde el principio Kovac mostró que no estaba interesado en contar con el colombiano. Lo exasperaba que no aprendiera a hablar alemán y que se hubiera unido al sindicato de estrellas, conformado por Robben y Ribery. Kovac quería traer a su compatriota Rakitic para reemplazarlo. Cuando llegó James empezó a alternar la titularidad. Empezaron a aparecer las malas caras, la mala disposición. El técnico prefería a Thomas Muller por encima del colombiano, entonces el vestuario estalló.
Esta semana se supo que James había dicho, en pleno camerino, “No estamos en Frankfurt, este es un equipo grande” haciendo alusión a su antiguo equipo. El Bayern hace tres partidos no gana, el martes, contra el Ajax, no pudo ganar en Champions. James no fue inicialista. Como sucedía en la época de Zidane Kovac expresa públicamente que el colombiano es un crack pero todos saben en Munich que Kovac no lo quiere. Según el periódico Blind James estaría negociando su salida en invierno. Otra vez su carácter lo pone en contra de su técnico. Que Ranieri, Zidane, Benítez y Kovac lo hayan confrontado habla mal del comportamiento del colombiano.
