Las peores vibraciones se sintieron dentro del camerino de Colombia en Quito. Las versiones que circulan son tan escandalosas como las de la concentración de Colombia en el Mundial de Estados Unidos 1994. Al parecer hubo peleas, discusiones con el técnico, y un ego que jugó una mala pasada.
El grupo está roto en mil pedazos. Dentro del mismo circulo de la selección se sabe que todo el poder del camerino gira en torno a Ospina-Falcao y James, que, igual, se han ganado el respeto a punta de calidad. El trío soporta la estabilidad del elenco nacional. Esto se rompió en Barranquilla, después del partido que se perdió por goleada contra Uruguay. Lo que se dice es que Ospina peleó con el técnico Queiroz, que James protestó porque no había sido capitán contra los charrúas y que el grupo de jugadores conocidos como "los panitas" no pueden ver ni en pintura a James porque su ego ya genera malestar dentro del combinado patrio. Además Muriel, de pobre presentación en los dos partidos, le reclamó aireadamente a James por el error que terminaría con el penalty que le daría el 2-0 a Uruguay. Al cucuteño no le gustó el reclamo, alzo la voz y la cosa habría pasado a mayores.
El grupo está reventado y, lo más triste, es que no se puede echar a Queiroz porque no hay como pagar los 4 millones de dólares que valdría su indemnización. Además hay fuertes cuestionamientos sobre el papel de Mario Alberto Yepes dentro de la selección. Colombia perdió, en sus últimos juegos 3-0 de local contra Uruguay y 6-1 en Quito, una goleada que no sufríamos desde 1977 cuando Brasil nos ganó en el Maracaná.
Para hacer más tenebroso el panorama Colombia deberá jugar contra el equipo de Neymar en la próxima fecha de la eliminatoria. En este caos ¿cuántos goles nos meterán?