La locución latina peyorativa pan y circo describe la práctica de un gobierno que, para mantener tranquila a la población y ocultar decisiones polémicas, actos de corrupción y su negligencia, provee a las masas de alimento y entretenimiento de baja calidad y con criterios asistencialistas.
Esta parece ser la verdadera razón del regreso de las corralejas a las fiestas del 20 de enero en Sincelejo, justo cuando la ciudad está sitiada por la delincuencia y con vergonzantes indicadores de pobreza extrema, desempleo y una economía basada en la informalidad, con un alcalde con su imagen negativa por los cielos, sus niveles de aprobación de su gestión por el suelo y ad portas de enfrentar un proceso de revocatoria de mandato en medio de la peor crisis administrativa de la historia de la capital Sucreña y sus escándalos de corrupción no dan tregua.
Totalmente ajeno a la realidad de Sincelejo, su alcalde intenta elegir a su "socio" Luis David Suárez a la Cámara y para ello necesita que el pueblo hable de todo menos de su fracasada gestión. La fórmula ya está inventada "pan y circo".
Hoy la estrategia está funcionando y nadie discute si el mandatario merece o no llegar al Congreso en cuerpo ajeno, sino si debe o no regresar la fiesta taurina, evidenciando el peligroso efecto distractor de las corralejas.