Tras casi dos décadas en la televisión, Silvia decidió cortar con la fama y los reflectores de las cámaras para dedicarse a una vida más tranquila. Su cambio no solo fue de trabajo sino también a nivel físico y emocional puesto que no era feliz en su trabajo.
Ahora, a los 48 años de edad, ha logrado alivianar el estrés que le producía presentar, ya que como en algún momento ella lo dijo, trabajar en televisión la llevó a padecer tres enfermedades simultáneamente: fatiga crónica, fibromialgia, ansiedad con depresión y fobia social.
Y es que la presentadora, hace más de diez años le dio un giro a su vida. Se dedicó a estudiar para dar conferencias y a su vez ser coaching personalizada. Asimismo, dejó el miedo que la sucumbía al qué dirán y a no necesitar la aprobación de nadie.
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Una de las transformaciones también se dio en su aspecto físico, se dejó las canas y empezó a trabajar en sus emociones. Corzo se siente plena y comparte con sus más de 190 mil seguidores su experiencia de vida lejos de los noticieros y lo caótico que se puede volver estar en la fama.
“Si entendiéramos que lo que somos y tenemos por dentro es exactamente lo que creamos afuera, no nos pondríamos tantas trabas a la hora de trabajar en nuestro interior” es uno de los mensajes que la presentadora comparte actualmente en su cuenta de Instagram.
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