Lo primero que hay que recomendar para ver la serie Cien Años de Soledad en Netflix es no caer en el prejuicio del temor a no disfrutar el realismo mágico de Gabriel García Márquez. Confieso que he tenido que escaparme de ese gueto para empezar a verme los primeros dos capítulos de la serie que apenas empieza. Pero tampoco caer en el extremo de pensar que el mundo no tiene reversa y vivimos en una sociedad de la información que amenaza con destruir el realismo mágico que aún vive en nosotros y que es como lo diría Gabriel García Márquez, que el producto de nuestra propia realidad.
Quienes hemos leído reiteradamente las obras de Gabo no creo que nos quede difícil vivir el realismo mágico del impreso y escudriñar en la matriz creativa de la imagen audiovisual. Es evidente que la imagen nos coloca frente a un reto en el que hay que analizar la creatividad de quienes se arriesgaron -en este caso- a desarrollar el paso a paso para transformar el realismo mágico en un guion cinematográfico.
En este contexto les comparto que acabo de ver apenas los dos primeros capítulos de Cien años de soledad. Se requiere ser muy diestro para incluir tantas escenas en tan poco espacio de tiempo. En un contexto en el que José Arcadio Buendía se casa con Úrsula Iguarán, no consumen inicialmente el matrimonio por el prejuicio de que el hijo naciera con cola de puerco, por ser primos; en el que José Arcadio mata a Prudencia Aguilar para salvar el honor por haberle ofendido en una pelea de gallo por el matrimonio aún no consumado; en escenas en el que se tienen que ir del pueblo por la persecución del fantasma de Prudencio Aguilar y Fundan a Macondo en plena selva; donde llegan los gitanos dirigidos por Melquiades, llevan los imanes, el hielo, el catalejos. En fin, capítulos que finalizan con el nacimiento del hijo de Pilar Ternera con José Arcadio Buendía. Pilar lo lleva a la casa de Úrsula y se los deja al cuidado de los abuelos. Úrsula y su marido lo aceptan y solo lo llaman Arcadio para evitar confusiones. Su papá, José Arcadio (hijo) se va con una gitana a recorrer el Mundo.
Por ahí voy. Pienso que es una buena adaptación de la novela al cine. Lo mejor es la narrativa, con un narrador omnisciente que solucionó el que se creía sería el mayor problema para la adaptación: la trama de sucesos entrecruzados simultáneamente. Y en esa trama surgen los personajes, las subtramas y las escenas, todo conectado. También se observa que los protagonistas están bien seleccionados, aunque les falta un poco del toque Caribe, el mismo que quizá le falta a todo el contexto, pero se justifica porque el Caribe va mucho más allá de la costa caribe colombiana. También observo dos detalles menores de los protagonistas: el primero, es que Úrsula jamás se besaría con su marido en público, como tampoco, José Arcadio, su marido, se dejaría crecer el cabello, pues su concepción machista del mundo se lo impediría. Pero al fin de cuentas es una novela protagonizada por jóvenes, y nosotros no podemos quedarnos en el pasado, viendo los mismos protagonistas de siempre. Pero esperemos porque es mucho lo que falta, por aquí voy.
*Comunicador Social-Periodista, docente de la Universidad del Sinú Elías Bechara Zainum de Montería. Mg en Educación.