Las seis más importantes series de televisión sobre médicos en los Estados Unidos, como son: The Good Doctor, House, Anatomía de Grey, The Resident, Chicago Med y Urgencias, no le llegan ni a la rodilla en drama a lo que viven hoy en día unos médicos principiantes en el Hospital Julio Mendez Barreneche de Santa Marta, Colombia.
Hay varias versiones de algunos funcionarios del gigantesco centro hospitalario samario con relación al calvario que los noveles médicos vienen sufriendo como consecuencia de una supuesta discriminación por parte de otros galenos superiores y de mayor experiencia.
De acuerdo con los testimonios de las personas que se comunicaron con este portal, es tan serio el asunto, que ya uno de los médicos primíparos tuvo que renunciar a esa penúltima etapa de estudiante de medicina, necesaria para recibir su grado, debido a que no soportó más la situación.
Se trata de una convivencia intolerable, generada por dos profesionales médicos que, a pesar de su larga trayectoria en la rama y en el establecimiento destinado al diagnóstico y tratamiento de enfermos, en donde a menudo se debería practicar la investigación y la docencia y ninguna clase de discriminación, han hecho que muchos de los nuevos médicos en proceso de formación, quienes llegan a allí de diferentes universidades, se sientan en ese lugar como en un verdadero "infierno".
Según los testimonios: "El coordinador de internos y el gerente científico del hospital, tratan a todos como seres inferiores y dicen que la opinión de los internos no es de importancia, ya que ellos son los que mandan allí. Además, tratan muy mal al personal en general".
En el caso del supuesto acoso a uno de los estudiantes que se sintió obligado a dejar su año de interno, todos saben la historia, pero callan por miedo a que se la monten después a ellos: "Los funcionarios todos estamos enterados, pero ajá, uno dice algo y pasa a la lista mala y la montada es inminente", explicó uno de los denunciantes, quien pidió no ser identificado, porque de lo contrario lo botan.
"Nosotros tenemos un grupo de internos en el que ellos un día mandaron un mensaje y el estudiante que abandonó el año de interno les respondió, diciendo que eran unos retrógradas por sus políticas y al día siguiente, cuando estábamos en piso, llegó el gerente científico y nos escogió para que le presentáramos a los pacientes y cuando le presentamos a uno, según él, no lo supimos hacer y que entonces cómo íbamos a decir que las políticas de ellos eran retrógradas y que no sé qué más, porque él manda en el hospital donde es toda una autoridad y que la opinión de nosotros no le importaba, porque nosotros no teníamos ninguna autoridad para decidir nada", detalló uno de los que ha venido viviendo el real drama que ni siquiera se ha escenificado en ninguna de las series famosas mencionadas al principio de esta nota periodística.
"Pero el acoso no concluyó en piso", siguió explicando uno de los denunciantes: Continuó en Pediatría, en donde tras la pérdida de un equipo de órgano y como el último en usarlo fue el muchacho que los había cuestionado al llamarlos retrógradas, le echaron la culpa, lo cual fue lo que derramó la copa o haría después que el joven estudiante de medicina abandonara esa importante etapa de su carrera profesional.
Pero antes tuvo que soportar el castigo que le infringieron por llamarlos "retrógradas". Al muchacho lo mandaron para el servicio más pesado, el cuál es el de ginecología, "donde por cierto no tienen médicos de planta y los internos están solos y a él lo pusieron en ese lugar".
Sin ayuda en su secuencia, para desgastarlo y saturarlo, cuando hacía la ronda, el jefe científico en cuestión, entró a esa sala y le hizo una pregunta absurda que ni los ginecólogos podrían saber. Le preguntó que si le podía decir a qué hora había ingresado una paciente en la UCI y a qué hora saldría, algo absurdo, pues uno eso no lo puede saber, porque ni sabe a qué hora la pasaron, qué le hicieron y por qué le dieron egreso y luego él dijo en ronda médica al estudiante: ¿quién eres tú para decidir, tú no eres nadie para hacerlo. El amigo mío le iba a explicar y lo frenó: tú te callas, acto seguido, el coordinador de internos llamó al estudiante a su oficina y allí volvió a echarle la culpa de la pérdida del equipo de órgano y por lo tanto debía pagarlo, cancelando más de un millón de pesos, al mismo tiempo le manifestó que le iba hacer un disciplinario, lo cual fue lo que obligó prácticamente al estudiante de medicina a anunciarles que iba a renunciar a su internado, carta que le aceptaron rápido apenas la redactó.
"Ese es apenas uno de los tantos dramas reales que se viven a diario dentro de este hospital, en donde ni las series televisivas reconocidas de los Estados Unidos tendrían abasto para recopilarlas e incrustarlas en sus guiones", precisó finalmente el funcionario denunciante.