Si la justicia y los organismos de control del Estado operaran con celeridad, la exalcaldesa de Quibdó y actual viceministra de Cultura, Zulia Mena García, no estaría ocupando un alto cargo en el Estado, sino que estaría detrás de los barrotes de una cárcel, o sancionada disciplinariamente por la Procuraduría General de la Nación, o procesada por detrimento patrimonial por la Contraloría General de la República.
Durante su gobierno, hubo una feria de irregularidades en las inversiones de los recursos del Sistema General de Regalías. 19 de los proyectos ejecutados en su administración son seriamente cuestionados. Tres de de ellos suman la media bobadita de $ 43.961 mil millones. Además, dejó vacías las arcas municipales y con uno de los mayores endeudamientos en la historia reciente. Su sucesor se ha visto obligado a acogerse a la ley de quiebra.
Estos asuntos ameritan que los organismos competentes investiguen con lupa una serie de obras inconclusas y fantasmas que la exmandataria no ha dado ningún tipo de explicación. Escribiré tres análisis sobre este putrefacto asunto, pero en esta oportunidad abordaré los asuntos relacionados con las fantasmas construcciones de los escenarios deportivos para los fracasados Juegos Nacionales del año pasado.
Mientras en el Tolima varios de los implicados en los desfalcos están en la cárcel, en el Chocó siguen como si nada hubiera pasado, posando de “honestos” y “transparentes”. La Contraloría General de la República, en su informe de auditoría de las inversiones de los recursos del Sistema General de Regalías del 2012 al 2015 en el municipio de Quibdó, demostró que hubo un detrimento patrimonial de $9.942 mil millones, referentes a las inversiones en las construcciones de los escenarios deportivos para los XX Juegos Nacionales 2015, que calificó como “elefantes blancos”.
La alcaldía de Quibdó compró dos predios rurales de 72 hectáreas en litigios entre dos particulares, a unos precios exorbitantes, de acuerdo con el mercado de la tierra en la zona que está ubicado sin avalúos catastrales --como lo establece la norma-- y sin cumplir con los requisitos mínimos en el ordenamiento territorial de la ciudad. Sin embargo, a través de malabares jurídicos, la alcaldía trató de declararlos como urbanos.
De manera que se elaboraron unos diseños sobre unos predios que no reúnen los requisitos necesarios para la construcción de un Villa Deportiva conformada por un estadio de atletismo, un complejo de piscinas, tres coliseos, un estadio de fútbol, un centro biomédico y una Unidad Administrativa. Todo quedó en simples papeles. Además, no se ejecutó ni un solo peso en ninguna obra física y los recursos fueron desaparecidos en las orgías de la corrupción. Un desfalco que compromete a la firma Corbes Ingeniería y Servicios de Colombia Ltda.
La Contraloría, en la auditoría, encontró protuberantes deficiencias en las contrataciones e inversiones de los recursos de las regalías, debido a que la alcaldía no realizó una debida planeación, ni inversiones adecuadas de los mismos. Hubo fallas del orden legal que tipifican un concierto para delinquir y un millonario detrimento patrimonial para el Estado. Para la Contraloría, el proyecto de construcción de los escenarios deportivos --como fue concebido-- no cumplió sus objetivos planeados, ni con la función social para la cual fue estructurado.
De allí que la Contraloría concluyó que “a la fecha los predios no presentan ninguna utilidad, dado que los estudios y los diseños no fueron desarrollados”. Las inversiones no fueron útiles para el Estado porque no cumplieron con los fines que justificaron el desembolso de los dineros. Evidentemente la exalcaldesa sabía que la ubicación de los predios no era aptos para un proyecto de esa naturaleza por su falta de servicios públicos y de viabilidad ambiental. Por eso lo que se observa a leguas fue que se estructuró una oscura trama para engañar y estafar al Estado.
Lo inexplicable es que la exalcaldesa Mena --sin haber puesto ni una sola piedra en los polémicos predios y conociendo que no existían disponibilidades de servicios públicos y que por aquellas razones tampoco se podían destinarse para otros proyectos-- se las ingenió y con argucias jurídicas, y violando la ley, entregó parte de aquellos lotes en comodato a una Fundación “sin ánimo de lucro”, regentada por personas de su círculo político.
De la lectura del informe de la Contraloría y de otra serie de documentos, se concluye que lo que hubo fue un premeditado concierto para delinquir y para apropiarse ilícitamente de los dineros del Estado. Este es un resumen del dossier de las obras fantasmas de los Juegos Nacionales en el Chocó, que ponen en contexto los oscuros negociados de la exalcaldesa de Quibdó, Zulia Mena, varios exfuncionarios su administración y de Coldeportes en este millonario desfalco al Estado. Próxima entrega: La danza de los comodatos.
@j15mosquera