El legado académico y la extensión de pensamiento de uno de los hombres más influyentes del siglo XX en Colombia, el periodista, pintor, abogado y líder político Álvaro Gómez Hurtado, asesinado el 2 de noviembre de 1995 a las afueras de ese legado, la Universidad Sergio Arboleda, parece desmoronarse. La institución hoy está bajo la lupa del Ministerio de Educación y la Alcaldía de Bogotá por denuncias de nómina paralela y presuntos manejos indebidos.
La universidad, fundada en 1984 por Álvaro Gómez Hurtado y Rodrigo Noguera Laborde cuenta actualmente con alrededor de 12.000 estudiantes en sus 22 programas de pregrado, 30 especializaciones, 18 maestrías y un doctorado.
Es el alma mater del presidente Iván Duque. No en vano se asegura que es una de las universidades que más participación ha tenido en este gobierno. De allí son egresados el fiscal general Francisco Barbosa y el defensor del pueblo, Carlos Camargo, entre otros altos funcionarios del Estado.
A ello se suma que en la página web de la universidad destacan a cuatro servidores del gobierno Duque como egresados destacados. El exministro de deporte e hijastro del actual rector, Ernesto Lucena Barrera. Aparecen también Juan Pablo Bieri exgerente de RTVC, Camilo Noguera Pardo asesor presidencial para la paz, e Ignacio Gaitán Villegas gerente de Innpulsa, quien dejó el cargo para asumir la presidencia del diario El Colombiano.
Pero a mediados de diciembre una denuncia de 47 páginas se radicó en el Ministerio de Educación y en la Alcaldía de Bogotá, mediante un derecho de petición que tiene la modalidad de queja y denuncia en contra del actual rector Rodrigo Noguera.
El denunciante es un antiguo empleado de la universidad. Se trata de Leonardo Espinosa Quintero quien labora allí desde el 17 de enero de 1990. Ha sido decano de la Facultad de Derecho, representante de la Fundeusa, fundación de la universidad y director de investigaciones de la entidad educativa, entre otros cargos. Además ha liderado la creación de un sindicato en la institución, durante muchos años fue mano derecha de la familia Noguera y conoce muchos de sus secretos.
Quintero, es un abogado que en el año 2018 tuvo su momento de notoriedad, luego de ser designado fiscal ad-hoc en el caso Odebrecht por la Corte Suprema de Justicia, ante el impedimento que presentó el entonces fiscal general Néstor Humberto Martínez, labor que ejerció hasta el 21 de mayo de 2019 tras la renuncia de Martínez a su cargo.
Además de la denuncia revelada por el periodista Daniel Coronell en W Radio, sobre la contratación de consultores y asesores, sin que se conozca labor realizada del condenado exmagistrado de la Corte Constitucional, Jorge Pretelt, así como Catalina Serrano, esposa y Cesar Serrano, suegro del exministro Andrés Felipe Arias condenado a 17 años de prisión por Agro Ingreso Seguro, el exalto consejero presidencial y otrora precandidato presidencial Miguel Ceballos y hasta el fiscal general Francisco Barbosa.
A ellos se suma, la de un personaje, Carlos Alberto Restrepo Velásquez, quien según la denuncia, actua como director de un grupo de proyectos especiales, “pero que en realidad es cuota de Carlos Alberto Plata Gómez”
Un aspecto no menos importante, pues explicaría el porqué una institución educativa que fue pensada como un proyecto académico cuyo pilar era el humanismo cristiano, así como la formación de juristas y profesionales cultos y no sólo de técnicos en legislación o codificación, terminara interesada además en la industria del fútbol.
En la denuncia que reposa en los organismos de control, se advierte que Carlos Alberto Plata Gómez tiene una historia “utópica sobre patentes, biocombustibles, competidor integral y fútbol”. En la narración de Leonardo Espinosa Quintero, Plata Gómez apareció en la universidad de la mano de Rodrigo Noguera Calderón.
Igualmente, calificó como un cuento, un supuesto invento patentable de convertir la planta swinglea glutinosa en combustible y para lo cual tenía planificado la creación en el corregimiento de Pasacaballos, Cartagena, una zona franca en el lote La Conquista. Esto a través de una fiduciaria mercantil irrevocable de garantías denominada Agrobahía-Lote La Conquista.
De acuerdo con la denuncia, en la propuesta presentada a la Universidad Sergio Arboleda se mezcló dicha patente con fútbol, museo de fútbol y hasta de relaciones con el máximo dirigente de la FIFA, Gianni Infantino. “Y una frenética narrativa llena de engaños y espejismos con los que buscaba ser una especie de mesías y salvador para la Universidad”, indicó, Espinosa.
Para sorpresa de todos la propuesta caló en Rodrigo Noguera quien ordenó se preparara los convenios para convertir el legado de Álvaro Gómez Hurtado y Rodrigo Noguera Laborde en un campo de patentes, museo del fútbol, visita de Gianni Infantino y hasta la zona franca de Cartagena, con el supuesto de convertirse en un competidor integral, “como futuro eje axial de la existencia de la universidad y todos sus programas académicos”.
Espinosa lo asegura con vehemencia, pues advierte que para la época en la que el rector de la universidad sostuvo las primeras reuniones con Plata Gómez y luego viajó a Europa, lo dejó encargado a él para adelantar el proyecto borrador de estos convenios, “ya que el fútbol, según él, movía millones de personas, entre ellos los jóvenes, tan ya activos para los planes de estudios de las múltiples ofertas académicas”.
En otras palabras, se pretendía usar el fútbol y el dirigente de la FIFA como método para captar nuevos estudiantes en la universidad, Así mismo, Quintero sostiene que poco tiempo después, uno de los mensajeros de Carlos Alberto Plata le exigió telefónicamente resultados prontos especialmente en traer al país a Gianni Infantino, así como los documentos de la zona franca.
Luego apareció un documento titulado Convenio Marco de Cooperación y de Alianza Estratégica entre Carlos Alberto Plata Gómez y la Universidad Sergio Arboleda el cual se suscribió en julio de 2016.
De dicha presión fueron testigos Emiliano García Coso y Juan Carlos Cárdenas Niño, funcionarios de la universidad, quienes estaban en las oficinas de la Secretaría General al momento de la llamada.
Pero el tema se agudizó pues cuando regresó Rodrigo Noguera Calderón al país, éste le mostró su molestia al hoy denunciante por el tema de Carlos Alberto Plata quien al parecer se había quejado con Noguera por la falta de celeridad de sus convenios.
Por ello, el rector del plantel educativo, según Leonardo Espinosa Quintero, le advirtió que Carlos Alberto Plata era un buen hombre y alguien en quien él confiaba. Pero Espinosa le contestó al rector que él no confiaba en Plata Gómez, “pero el que manda es usted, entonces mande”.
Para Leonardo Espinosa el convenio entre la Universidad Sergio Arboleda y Plata Gómez fue un desastre. “Pronto las estrategias referidas, secundadas por Rodrigo Noguera Calderón, comenzaron a permitir el flujo de miles de millones de pesos del patrimonio de la Universidad Sergio Arboleda, hacia los bolsillos de Carlos Alberto Plata Gómez, con apariencia de legalidad pero totalmente defraudatorio”, advirtió a la ministra de Educación, María Victoria Angulo y a la alcaldesa de Bogotá, entre otros funcionarios que ya abrieron investigación.
Una de las primeras acciones fue celebrar un contrato de promesa de compraventa de tres inmuebles, de un predio de Agrobahia SA controlada en la sombra, según la denuncia, por Carlos Alberto Plata y de la cual era gerente Carlos Alberto Restrepo Velásquez quien falleció en octubre pasado
Los tres lotes con un área de 31.807, 32036 y 73650 respectivamente, fueron englobados con otros predios y a estos se les asignó un nuevo folio de matrícula inmobiliaria.
La universidad giró por estos $8.000 millones de pesos. Estos recursos se pagaron entre el 3 de agosto de 2016 y el 25 de enero de 2017, en montos de $1.500 millones, $6.500 millones y otros $3.000 millones.
“Prácticamente de contando y en plena crisis financiera de la Universidad Sergio Arboleda”, señaló Espinosa Quintero, quien no dudó en calificar esta transacción como el primer desangre desacatado del patrimonio de la universidad, pues a su juicio dichos lotes no tienen desarrollo alguno, son inútiles para la institución y se compraron a un precio exorbitante.
Incluso asegura que el sobrino del rector, Camilo Noguera cuando fue a conocerlos y al evidenciar que era prácticamente un barranco ordenó realizar un avalúo comercial.
Preocupados por la adquisición de los predios, Rodrigo Noguera intentó una conciliación con Carlos Alberto Plata, en esta se evidenció que para la fecha de conciliación ha la universidad había pagado $7.630 millones.
En concreto, $1.500 millones el 5 de agosto de 2016. Luego, diez días después $3.500 millones. Otro giro por $910 millones se efectuó el 26 de enero de 2017 y uno final por $689 millones que se desembolsó el 3 de febrero de 2017.
Adicionalmente, según los registros contables, $1.030 millones a Carlos Alberto Plata; de estos $450 millones girados el 8 de mayo de 2017, otros $150 millones, el 29 de junio de 2017 y $180 millones pagados el diciembre de 2017.
Según Leonardo Espinosa, Plata hizo nombrar a su esposa Liliana Beine y a su hombre de confianza Carlos Alberto Restrepo Velásquez, “los dos con varios millones de pesos mensuales de ingresos y escaso o ningún trabajo para la Universidad Sergio Arboleda”
Por esta razón solicitó a los entes de control realizar una revisión contable de los pagos directos e indirectos, es decir, los realizados a nombre de Agrobahia SA, a otras personas naturales o jurídicas pues la denuncia estima que el costo del pasó de Plata por la Sergio Arboleda fue de $34.000 millones, e incluso solicitó se llamara a declarar a cinco funcionarios de la universidad para ratificar los hechos.
Registros revisados por la Agencia de Periodismo Investigativo, API, señalan que la empresa Agrobahia S.A. fue constituida el 19 de octubre de 2006 con la escritura número 1172 en la Notaría 69 de Bogotá con un capital social de $100 millones.
Los socios fundadores fueron la empresa Inversores Profesionales S.C, Oscar Hurtado Corssy, Carlos Alberto Plata Gómez, Mónica Mercedes Martínez Uribe, Marco Polo Galvis y Rafael Francisco Figueroa Avilez.
El objeto de la firma son los negocios y actividades de agricultura, ganadería, pisicultura. En el año 2015 la junta de accionistas aprobó un aumento de capital autorizado y uno suscrito y pagado de $4.000 millones y quien suscribió la escritura de incremento de capital fue Carlos Alberto Restrepo Velásquez.
Para ese momento Carlos Alberto Plata ya había pasado de tener el 17.5% de las acciones al 52.20%, Carlos Alberto Restrepo tenía un 1% de participación, los otros ocho socios tenían el resto de acciones pero en porcentajes poco decisivos.
Este lunes, funcionarios del Ministerio de Educación efectuaron una visita a la universidad. Al respecto, directivos de la institución señalaron que se entregó toda la información y los servidores quedaron satisfechos con las explicaciones suministradas. Lo propio hicieron delegados de la Oficina de Inspección y Vigilancia de la Alcaldía de Bogotá.
“El resto es un funcionario que ha trabajado muchos años en la universidad y que tiene una disputa laboral. Todo está claro y se puede explicar”, aseguró el directivo quien precisó que no es vocero oficial de la institución educativa.
*Este artículo fue publicado originalmente el 19 de enero con el título Nuevos líos por manejo de recursos en la Universidad Sergio Arboleda