La capital colombiana ostenta el tercer aeropuerto más importante de América Latina cuando se habla de cantidad de pasajeros volando internacional o domésticamente. Solo es superado por el Aeropuerto Internacional Benito Juárez, de Ciudad de México, y el Aeropuerto Internacional de Guarulhos de, Sao Paulo, los cuales hoy en plena pandemia mantienen una agenda de despegues y aterrizajes ocupada. Aunque no se ha habilitado la totalidad de aerolíneas para volar a estos destinos, sus cielos ya están casi completamente copados por los aviones.
Mientras en Colombia el gobierno mantiene cerrados los vuelos nacionales e internacionales, el Aeropuerto Internacional Mariscal Sucre, de Quito, sigue recibiendo vuelos comerciales de Europa. Semanalmente al menos dos Boeing 777 de KLM, provenientes de Amsterdam, tienen permiso para aterrizar en la capital ecuatoriana cargados de nacionales y extranjeros que no tienen restricción para hacer la cuarentena en el vecino país y permanecer en este durante la pandemia. Estos mismo aviones aterrizan en el Aeropuerto Jorge Chávez, en Lima, aunque con menor frecuencia. Aunque el gobierno peruano no ha cerrado totalmente el ingreso de personas por vía aérea, sí lo ha restringido hasta en un 60%.
En Chile la situación es similar. Los aviones aterrizan y despegan desde el Aeropuerto Internacional Arturo Merino Benítez, de Santiago, y mantiene un flujo constante de aviones de LATAM, que hace rutas entre Santiago y Lima, por ejemplo, para transportar insumos médicos, alimentos y personas, que no tienen las mismas restricciones que tienen los colombianos.