Estuve en el Festival del Cholado en las Canchas Panamericanas de Cali. Había gente “hasta de un solo ojo”. Estaban los que compraban, los mirones, los que no compran pero critican, los novios, los amigos, los que sabemos… los escapados, las que salen a lucir sus atributos, los que las miran, los que les dicen piropos y los que si les dan papaya lo dejan a uno sin con qué devolverse a casa.
Fue un domingo dulce compartido en familia con ofertas tentadoras de parte de los choladeros. Allí uno se olvida de las restricciones para evitar el dulce y pide un “guanabanazo”, que sabe delicioso y mitiga este calor dominical. Otro por allá pide un cholado gigante de esos que parece “que le hace más el ojo que la barriga”, como decía mi abuelita, pero todo el mundo andaba en busca de saborear un vaso de este tradicional hielo picado, aderezado con sabores coloridos y frutas cortadas en trozos.
El cholado es un combinado de hielo raspado al que se le agrega un melado de colores, varios tipos de frutas picadas: mango, mora, limón, papaya, lulo, etcétera, y que se finaliza con un añadido generoso de leche condensada.
Dice la tradición que proviene de Jamundí y que se le llama cholado por la fusión de dos palabras: cholo en homenaje a los indígenas y helado o raspado de hielo, el ingrediente principal de este preparado que es inmejorable para espantar el calor.
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Hoy este producto hace parte de las tradiciones que hacen parte de la ciudad y es por ello que uno pude ir a la fija a buscar un buen cholado una tarde de domingo en Las Canchas Panamericanas; al Parque El Ingenio; El Parque Villa Colombia o toparse de sorpresa un vendedor en alguna esquina de la ciudad.
Para nombrarlo nadie estira los labios para pedir un cholado, se pide así de simple: “Ve, regalame un cholao” así desembolse por él, según el tamaño un valor específico.
Dicen los que saben que inicialmente se le llamo “las tres niñas”, pues contenía: piña, lulo y limón; luego el ingenio y la creatividad lo fueron complementando cholado con frutas varias.
Alguna vez los jamundeños realizaron un cholado gigante con el propósito de ser incluidos en el Guinnes Record. Se hizo con 350 kilos de papaya, 350 de banano, 150 de piña, 70 de guanábana, 70 de maracuyá, 30 de mermelada, 80 arrobas de hielo y 60 kilos de leche condensada. Para la preparación se unieron 32 personas.
El cholao es ya parte del entorno citadino y se ha proyectado al mundo como un preparado exquisito para exorcizar el calor que a veces llena las calles de esta Cali, la capital del Valle.