Estaba recién salida de Protagonistas cuando la presión por tener unos dientes blancos y perfectos la hizo caer a la tentación de un diseño de sonrisa. En ese momento se hizo un procedimiento sencillo con resinas para modificar el color y las formas. Sin embargo, las resinas se le partían cada rato. Escuchó las recomendaciones de que la porcelana era lo mejor para casos como el de ella. Además, se lo hizo con odontólogos certificados y recomendados por artistas. Era imposible no confiar. Y por si fuera poco, el tratamiento no fue barato. Pagó cerca de diez millones de pesos, de los cuales una mitad fue en efectivo y la otra en publicidad. No obstante, el resultado no fue bueno. En un show que tuvo como dj se le cayó el primer pedazo de diente y de ahí en adelante el tema empeoró. Hoy ya no puede quitarse el diseño porque sus dientes naturales están tan desgastados que no podría ni hablar.
Manuela Gómez contó en estos vídeos de IGTV su historia:
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