No le cabía un alma al parque de la calle 16 con avenida del río en Cartago. Ignacio Londoño, el candidato a la alcaldía que punteaba en las encuestas, daba un discurso, el último, porque dos meses después lo asesinaron. Sus últimas palabras en plaza pública advertían que algo andaba mal con este municipio del norte del Valle sometido al narcotráfico y la corrupción hace más de treinta años.
“A los que se han robado mi ciudad, a los chantajistas de la política, a los mercaderes, a los mercenarios que han abusado de este pueblo…” decía enérgico desde la palestra, pero no le hablaba a los miles de seguidores que lo avalaron por firmas con las que inscribiría esa candidatura que no fue, se dirigía a quiénes él consideraba que estaban perjudicando su ciudad.
“…los notifico hoy desde este parque que ayudé a construir: No les permitiré un día más los abusos contra esta ciudad”
Fue así como Nacho Londoño predicó lo que posiblemente fue su sentencia de muerte. Desde el parque Sueños de Libertad, el que recuperó con vecinos del barrio el Prado cuando era un peladero, parece que vaticinó lo que sucedería.
“No sé qué vaya a pasar con mi vida en los próximos meses, no sé qué me vaya a deparar la vida pero mientras tenga un solo gramo de vida, mientras me pueda parar acá a hablar con ustedes, y a defender mi ciudad, lo voy a hacer”
El 20 de julio unos sicarios le dispararon por la espalda a Nacho Londoño y aunque el Fiscal General de la Nación, Eduardo Montealegre, descartó como móvil del crimen su cuestionado pasado y sí una relación con la disputa política, nadie ha sido capturado.
Jesusita Zabala, la mamá, a pesar que todos los días lo llora y consume gotas de valeriana para calmar el dolor, no olvida que tiene otro hijo, Carlos Andrés, quien heredó la candidatura a la alcaldía de Cartago. Por él se arregla y sale de correría a recordar sus épocas de campaña, pero siempre con el temor de un fin igual al de su querido Nacho, al que le sobaba los pies con alcohol cuando estaba cansado y el que le decía que parecía embalsamada porque no se le notaban los años.
El menor de los Londoño Zabala lidera ahora la intención de voto de los cartagueños a la alcaldía, doña Jesusita, ex alcaldesa y ex Representante a la Cámara, afirmó que el único hijo que le queda cuenta con gran respaldo ciudadano de diferentes partidos, pero denunció un plan para sabotear los apoyos a su campaña. Afirmó que Fabián Andrés Gallego, quien se inscribió a última hora por el MAIS a la alcaldía de Cartago en compañía de Wilson Moncada, candidato al concejo por Cambio Radical, está ofreciendo dinero a personas de su grupo político para que abandonen a Carlos Andrés en la contienda.
Nadie desconoce en Cartago el historial del `gordo´ Londoño-que se quitó cuarenta kilos de encima gracias a una cirugía bariátrica-como el abogado de la mafia, que vivía divinamente en Bogotá y tenía a sus hijos estudiando en prestigiosas instituciones como la Universidad del Rosario y el Gimnasio Moderno, que fue relacionado con el asesinato de Álvaro Gómez Hurtado, es decir, en la Villa de Robledo, nadie niega el oscuro pasado de Ignacio Londoño, pero muchos de los habitantes lo querían como su alcalde, porque pensaron que era intocable y que con sus alcances en las esferas del poder nacional los salvaría de la debacle que enfrenta este municipio olvidado del norte del Valle.
Twitter del autor: @karlaarcila
