Negociar con grupos que desestabilizan las instituciones y la infraestructura del país, es aceptable y promisorio para las nuevas generaciones del presente siglo.
Que el mandatario sea mediador en la búsqueda de recursos y afianzamiento político que den garantía a las negociaciones con las FARC-EP en La Habana al tiempo que se amplia en contexto los puntos acordados en el proceso de negociación, más la intención de llegar a un punto de equilibrio en numerales faltantes y álgidos del proceso para llegar al gran acuerdo, más las decisiones que se están fraguando con el ELN, es un hecho que se debe dar a conocer más de cerca a quienes de una u otra manera por motivos económicos tienen puesta su energía para futuras inversiones en el país, mirando con expectativa las economías de países en desarrollo en especial Colombia.
Esto dignifica la sociedad civil en especial a miles de víctimas que por circunstancias de guerra interna (de siglos) entre fuerzas del Estado y grupos al margen de la ley, han sucumbido en miseria, desplazamiento y han caído en pobreza absoluta. El mismo campo pide a gritos estabilidad dentro de sus fronteras y libertad de acción para desempeñarse como individuos sociales; pero se debe hacer con verdad, justicia, reparación y no repetición. El Dr. Santos, ¿podrá garantizar esta propuesta sin haber hecho con antelación una coordinación del equipo, estilo Pekerman, con los sistemas discordes al mal llamado Proceso de Paz?
Pero una cosa es que el presidente Santos haga gira por el viejo continente en especial a economías que rigen el mundo dando a conocer planes de paz y otra muy polémica, que en sus discursos promueva teorías que en Colombia ni han sido puestas en práctica en siglos, ni menos ejecutados en primer y segundo gobierno del presidente. Se promueven legislaciones que no han cumplido con su objeto social, debido a una planeación deficiente y al tropiezo con estructuras que han hecho fracasar su implementación por falta de autoridad y ocultamiento de sucesos activos en momentos de elección.
Índice de desempleo favorable y mendicidad.
Pero a la luz de visibilizar el programa de la paz como eje de programa ante el mundo, el presidente esboza argumentos contradictorios; es decir, fomenta una doble disertación al decir que Colombia ha superado los índices de desempleo al ubicarse en un dígito 8.9 por ciento, cuando al observar la mendicidad en ciudades y campo, los asentamientos en semáforos, andenes y parques se han incrementado, con puestos de ventas callejeras y comercio de artículos en medios masivos de transporte, asalto a viviendas, asesinatos y robo de artículos de comunicación, como también, demostraciones artísticas en cada intercepción y avenida de las ciudades, por una moneda. Esto no sucedería si existiera oportunidades de trabajo, empresas con visión social y dedicadas a propiciar trabajo a la luz de la ley de primer empelo, etcétera. ¡Otro fracaso!
Existe más de 15 millones de individuos entre pobres y pobreza absoluta en Colombia; sin embargo, la comunidad internacional avala el discurso por el desconocimiento de la lucha, no solo con las FARC-EP sino con otros grupos poderosos ilegales y fuerzas vivas del Estado, a los cuales no se nombran ni se judicializan, ni se enmarcan dentro de los que infringen la ley con violación a los Derechos Fundamentales del pueblo.
La prédica sesgada del presidente Santos, que un día afirma y a la otra desvirtúa según conveniencia, hace que estos órganos internacionales, Portugal, España, Francia, Reino Unido y la OCDE promuevan la creación de un fondo de cooperación que apalanque el postconflicto colombiano, como se hizo con Irlanda. Esta ayuda no solo será económica, también política, a la vez que habrá transferencia de tecnología de guerra y fuerzas vivas, por lo que Colombia se prepara militarmente apoyados por entidades castrenses internacionales, y a su vez, proporciona e imparte entrenamiento militar en países de la región.
Una economía boyante y búsqueda de recursos externos.
Cuando el crecimiento económico de un país está por encima del 4 por ciento como lo dejó ver el mandatario en su recorrido por Europa, olvidándose de la verdadera crisis económica que esta sucediendo desde el 2008 según Alberto Carrasquilla y Carlos Echeverry, los datos reflejan la deficitaria balanza comercial. Las compras en el exterior a junio 2014 se incrementaron en 19.0 por ciento con relación al mismo mes de 2013, al pasar de US$ 5.111.8 millones CIF en 2013 a US$ 6.048.2 millones en 2014. Las exportaciones a agosto del 2014 al exterior cayeron 3.0 por ciento con relación al mismo mes de 2013, al pasar de US$ 4.977.7 millones FOB a US$ 4.829.5 millones FOB; dando un desfase en el ingreso de la nación de US$ 1.218.7 millones. Gran motivación del gobierno con la Reforma Tributaria desfasada en $ 12.5 billones, que entrarán a pagar los trabajadores, mientras las grandes empresas son exentas de cargas impositivos. Por lo tanto, se entra a cubrir faltantes con ingresos internos y por supuesto externos.
Cambio Climático y Desarrollo Rural
El presidente habla de que en Colombia se está fortaleciendo las medidas que benefician la disminución de CO2, pero no interviene a grandes compañías nacionales e internacionales que desfogan sus hornos al medio ambiente y botan los desechos químicos a ríos y canales del país. En cuanto a protección de las aguas quedamos en duda, cuando se firman licencias de exploración y explotación minero energético Express, en sitios y regiones susceptibles a la contaminación del agua, así como la pérdida de aljibes y corrientes internas. Se exponen bosques a la exterminación, con el fin de hacer explotaciones carboníferas, de petróleo, de materiales de construcción, etcétera. En desarrollo rural, es bien sabido que el Gran Pacto para el campo se facilita con reformas a la ley 160 de 1994 que definía las Unidades Agrícolas Familiar, por la ley 133 de 2014 sobre la entrega de baldíos de la nación a empresas multinacionales, fomentando una vez más el acaparamiento de tierra por unos pocos. En otras palabras, la ley de Víctimas y Restitución de Tierras 1448 de 2011 queda sin piso jurídico, que ha sido un revés más del gobierno Santos.
Infraestructura, Integración de Zonas, atención a afectados por Violencia y fortalecimiento de instituciones.
Aunque se ha implementado programas como la Apertura Económica iniciada por Virgilio Barco en 1990 con el slogan “Programa de Modernización de la economía Colombiana” [1]y puesta en marcha por Gaviria con lema “Revolución Pacífica”, luego a partir del gobierno Santos los TLC, la infraestructura de la región no ha tenido respuesta a los requerimientos de empresarios y campesinos productores para abaratar el coste del transporte hacia las grandes ciudades. Esto ha hecho que Zonas productoras de la nación tengan una integración social y política desigual, al alcanzar circunscripciones apetecidas por extrañas fuerzas al margen de la ley. Como joyas de la corona, por ejemplo, el túnel de la Línea parado, el túnel de oriente con más problemas jurídicos que fortalezas, y los que están en servicio como el que une Bogotá Girardot cerrado por reparación. Sin apuntar que las vías terciarias son trochas y las cuatro G solamente estampadas en papel. Es evidente que el fortalecimiento de las instituciones con la ley “Equilibrio de Poderes” propone reformas a la constitución que no es más que el debilitamiento institucional. Aunque la reforma no trascienda en cambios estructurales, deja entrever que las formas de adelantar políticas públicas no son consistentes a las necesidades de las mayorías. Sofisma que no va combatir la corrupción, ni la plutocracia intransigente, ni mucho menos a tener un país con paz.
P: D. La venta de la paz en territorios poderosos económicamente, le genera réditos al país, pero en casa la situación social es muy diferente a la que pintó el Dr. Santos ante los poderosos. El pueblo Colombiano tiene que hacer cambios sociales y políticos, para que el país entre en la era de la convivencia, la productividad verdadera de todos para todos, emulsionando la familia y las buenas costumbres. Si no es así, seguiremos con los mismos politiqueros, con los mismos satánicos grupos al margen de la ley, mientras el tejido social sigue desapareciendo.
1 La Apertura en Colombia- Agenda de un Proceso. Cámara de Comercio de Bogotá. Primera Edición 1993