Con más de tres décadas de trabajo en medios de comunicación, Alejandro Villalobos, director de La Mega, es reconocido por su audiencia como una de las personalidades destacadas de la radio colombiana.
El que hasta hace poco además fue director de La FM, también pasó por la televisión y se ha convertido en un referente de las rumbas bogotanas en donde presenta su miniteca The Best y pone a bailar a personas de todas las edades.
Sus seguidores lo aman porque se divierten con su programa mientras recuerdan los tiempos pasados con nostalgia. También tiene detractores que lo odian y no comparten el humor negro que ayudó a posicionar a El mañanero, proyecto radial que, gracias a su ingenio, se convirtió en una marca registrada.
Los orígenes del director de La Mega
Se inventó The Best durante su adolescencia. Unos amigos tenían una miniteca y luego él montó la suya sin saber que con el paso de los años este formato de fiesta se convertiría en uno de sus proyectos de vida.
Años más tarde, finalizando los años ochenta, consiguió su primer trabajo en radio, Super Stereo 88.9. donde acompañado por el locutor Fernando Pava, le apostó al rock en español y a otros sonidos en este idioma.
Luego, trabajó en Radioacktiva y siguió la misma línea de programación de canciones, pero ahora apoyando a nuevas agrupaciones como Aterciopelados o Poligamia. Así fue como llegó a La Mega, en una época en la que ellos también se especializaban en rock.
Ya lleva 25 años en RCN, donde se ha destacado en La Mega y La FM por sus aciertos como programador.
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Su paso por la televisión
Finalizando los noventa, él y sus amigos se inventaron el recordado programa de televisión llamado Pido la parola, que presentó acompañado de la modelo Natalia París y Andrés López, un comediante emergente en aquel entonces.
Pido la parola era una extensión de El mañanero, el matutino estrella de La Mega. Ambos pertenecían a RCN y la diferencia consistía en que ahora en la pantalla chica se abrían nuevas posibilidades para las bromas, o para esas famosas “pegas” a personalidades colombianas que hoy son tan recordadas por quienes miraban el programa.
El paso de Villalobos por Pido la parola solo duró un año. A él le fue imposible continuar por estar dedicado a otros proyectos, entre los que estaba su trabajo en la emisora radial La Mega. Retirarse, según cuenta, era lo más honesto que podía hacer.
Desde entonces, no volvió a aparecer en televisión, salvo cuando fue seleccionado para ser jurado en la versión colombiana de American idol. Allí estuvo acompañado por los cantantes Peter Manjarrés, Rosario y Eddy Herrera.
La fórmula del éxito
En varias ocasiones, Alejandro Villalobos ha reconocido que no tiene ese talento para prever tendencias como tanto se le atribuye, sino que simplemente es bastante observador a la hora de fijarse en los gustos de los jóvenes. “No sé si el término era experimentar, sino ir a la fija”, me dijo alguna vez.
Pero la fórmula no solo le funcionó cuando le apostó al rock, sino que esa innovación también pudo repetirla cuando llegó el reggaetón (reguetón, en español) y se convirtió en una pieza fundamental para impulsar la entonces carrera emergente de J Balvin. Apoyo que le reconoce hasta el propio padre del artista.
Su último gran acierto fue entender que como los jóvenes de su época ahora están atravesando los treinta o cuarenta, es un buen momento para apostarle a la nostalgia y transformar La FM en una emisora de clásicos de rock y pop.
Reconoce que adivinar tendencias cada vez es más difícil, pero que sigue intentándolo. Es posible que tener un hijo cantante, que graba con artistas como Andrés Cepeda o Beéle, le aporte herramientas en este proceso.
¿Por cuantos años más Alejandro Villalobos seguirá adivinando los gustos de los oyentes musicales de distintas generaciones? No sabemos qué es lo que escucharán los abuelos del mañana, pero sí que exista una gran posibilidad de que él lo descubra primero.