Cada vez más las mujeres se enfrentan a un difícil panorama para encontrar una pareja estable y con la que valga la pena construir un futuro. No nos digamos mentiras, la mayoría de las mujeres (por no decir que todas) sueñan en determinado momento de sus vidas con casarse y tener una familia. Sin embargo, de un tiempo para acá, eso que suena a Corín Tellado y a final feliz de telenovela mexicana se ha convertido en un anhelo que no se logra materializar. ¿Por qué? Porque no hay con quien.
Cuando una mujer pisa los 30 años y no está casada empiezan a relucir frases coloquiales tales como: “la dejó el bus” o “se quedó para vestir santos”. Dichos que no son la última palabra en cuento a consolidar un matrimonio, pero sí son para prender alarmas, sobre todo si sus potenciales parejas están alrededor de los 28 a 34 años. Dado que la mayoría de hombres entre esa edad ya tienen al menos un hijo.
Ahí encontramos el primer problema al que se enfrentan las mujeres en la actualidad que algún día esperan casarse. Un hijo de otra relación siempre será un conflicto. Ese hijo nunca va a estar por encima de ellas y el fantasma de la ex siempre tendrá participación en la relación. Póngale la firma que excusas como: “mi vida hoy no podemos estar juntos porque me toca ir a visitar a mi hijo” o “estoy corto de dinero porque pagué la mensualidad del niño” aparecerán varias veces durante la relación.
Por otra parte, a esa edad el “mercado” del soltero se reduce sustancialmente, la mayoría de hombres ya están casados, feliz o infelizmente, pero casados. Y sino están casados son homosexuales, abiertamente declarados o enclosetados, pero gays.
Como si fuera poco a todo lo anterior, hay que tener en cuenta que el hombre de hoy busca cero compromisos. Solo les interesa una mujer para pasar el rato y que les ofrezca la relación perfecta: solo sexo.
Ahora bien, si el hombre ha pasado todos los anteriores filtros no espere a alguien guapo. Si los ha pasado es porque es feo.
El mundo cambió y en la modernidad vemos que muchas mujeres ocupan cargos importantes y en ocasiones disfrutan de sueldos superiores al de su pareja. Las mujeres capitalizan más rápido que los hombres y es común verlas en su auto y ya pagando las primeras cuotas de un apartamento. Lo que pone la vara muy alta para quien llegue a sus vidas. El hombre que se involucre con una mujer con estas características debe al menos tener algo similar a ella, y no referente únicamente a lo material, también concerniente a la proyección laboral de la persona. Porque de lo contrario, tarde o temprano llegarán los conflictos de intereses, egos y en el peor de los casos, machismo.
Si después de leer este texto termina por matar las esperanzas de conseguir un novio que valga la pena y decide comprarse mejor una mascota, está en su derecho y puede que sea la mejor alternativa. No obstante, trate siempre de guardar la esperanza de que su príncipe azul está en cualquier lugar de este mundo, solo debe encontrarlo y apostarle al amor … y tiempo después superar la fase de la convivencia, pero ese es tema para otro artículo.