En el ocaso de su carrera futbolística, con una lesión de rodilla que no le daba tregua y como un nómada del fútbol, Faustino Asprilla decidió fichar en el año 2003 con la Universidad de Chile. El equipo austral quería hacerle frente a Colo Colo y por eso quería tener en la delantera a un goleador experimentado como el colombiano, así que le hizo un contrato por seis meses y este aceptó.
El debut del Tino no pudo ser mejor, empezó marcando la diferencia y le anotó a equipos como Huachipato, Audax Italiano y al clásico rival de la U, la Universidad Católica, en una victoria que quedó en el recuerdo de los hinchas. Acabada la fase regular, iniciaron los playoffs y en uno de los entrenamientos previos al partido frente a Universidad de Concepción ocurrió lo inesperado.
Faustino Asprilla a @AudaxItaliano.
Quizá el mejor gol que hizo por @UdeChile. Es ese o el del 3-2 ante @Cruzados para ganar el Clásico Universitario sobre el final. https://t.co/pAJ8d3iAvA
— Chuncho (@chunchodiaz) May 14, 2022
Era el 26 de mayo del 2003, cuando el sonido de unos disparos dejó helados a los jugadores del equipo. Resulta que el Tino, que estaba haciendo trabajo diferenciado por una lesión, fue a su auto, sacó un arma, disparó dos veces y gritó: “Corran que el domingo hay que ganar”. Inmediatamente, uno de los periodistas que estaban en el entrenamiento publicó la noticia y el Tino se convirtió en el protagonista de un escándalo sin precedentes.
Años más tarde, en 2020, Faustino confesó que el arma era una pistola de fogueo y que los disparos los había lanzado a modo de broma. Además, dijo que esa misma acción también la había realizado en un entrenamiento con el Parma, pero que no se había armado un escándalo como en Chile.
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