Ocurrió el 14 de julio de 1993. El Tino venía de jugar un partido contra Chile en el Campín donde marcó tremendo golazo. Ese fue el día donde una fotógrafo le hizo el retrato que enmarcó sus virtudes físicas. Los periodistas intentaban abordarlo en el aeropuerto El Dorado. En vuelo privado debía regresar a Parma. Había sido muy criticado en Italia por su pésima disciplina. Se había lesionado pateando un bus en Tuluá. Era un grandísimo jugador pero era innegable que le hacían falta maneras.
Entonces los periodistas lo esperaban para entrevistarlo. Era, después de El Pibe, el más grande de nuestros jugadores, pero Asprilla entró como una aplanadora. No saludó a nadie y aseguró que tenía afán porque el vuelo iba a partir pronto. Eran mentiras, los periodistas vieron como entraba a varias tiendas a hacer compras. El caso es que empujó a los periodistas, específicamente a la fotógrafa del Diario Deportivo Maria José Acosta y al jóven reportero de CM& Nestor Morales a quien además le dijo estas palabras que aún retumban: “Usted haga lo que quiera con su noticia, que yo me gano 50 millones de pesos mensuales, y usted no gana nada”. La anécdota le recordó, tres décadas después, el portal de fútbol El Cinco Cero.
En esa época la Acord y el Círculo de Reporteros Gráficos, rechazaron este acto con el siguiente comunicado: Hacemos votos para que, en el futuro, quienes como el deportista Faustino Asprilla, representen la imagen del país y son modelos para las nuevas generaciones, sepan asumir el rol que les ha correspondido, ganada gracias a sus capacidades y al reconocimiento que la misma crónica deportiva ha hecho de sus hazañas”.