El artículo se sitúa en Pasto, Nariño, ciudad en la que el entonces desconocido deporte ya emocionaba a los habitantes de la región gracias al empeño del empresario inglés Leslie O. Spain, que oficialmente lo trajo al país.
El empresario se dirigía a la plazuela de San Andrés de lunes a viernes a patear una pelota de cuero en compañía de seis de sus empleados. Él estaba vestido con una camiseta de franjas azules verticales, pantaloneta blanca hasta las rodillas, medias del mismo color y calzado especial que resistía el trajín de ese juego.
Al parecer en Barranquilla y Santa Marta ya se disputaba un deporte similar. Probablemente, a la primera ciudad lo trajeron los obreros británicos, que para ese momento trabajan en la construcción del ferrocarril de Barranquilla- Puerto Salgar. A la segunda ciudad llegó gracias también a unos ingleses, esta vez marinos, que transportaban el banano producido en la región.
Un poco más de 100 años después, este deporte tiene a Colombia a un paso de hacer historia en el Mundial.