'El Día de la Independecia 2': el desastre del año

'El Día de la Independecia 2': el desastre del año

Iván Darío Hernández reseña la película dirigida por Roland Emmerich

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junio 24, 2016
'El Día de la Independecia 2': el desastre del año

Vamos a estar de acuerdo con que una de las Series B más costosas que se hayan filmado, El Día de la Independencia, estrenada ya hace 20 años, fue una de las películas de ciencia ficción definitivas para nuestra memoria. La década de los noventa fue la edad dorada para el género de aventuras espaciales, incontables fines del mundo y conquistas marcianas con guiones tremendamente divertidos. Para la muestra el botón: Impacto Profundo de Mimi Leder, Armageddon de Michael Bay, Marcianos al Ataque de Tim Burton, Hombres de Negro de Barry Sonnenfeld y el clásico de clásicos: El Día de la Independencia.

Antes de esta película, el cineasta alemán Roland Emmerich venía de viajes interestelares con Stargate y le dio por destruir a los Estados Unidos posterior a la era de Will Smith cuando soltó a Godzilla por entre los edificios. Fue una época preciosa que debió quedarse ahí. Esta segunda parte titulada Día de la Independencia: Contraataque, también dirigida por Emmerich tiene mucho de Godzilla y muy poco de la entretenidísima primera parte. Es una película simplona y desprovista de gracia. No repite Will Smith y en su reemplazo hay un combo de muchachos sin carisma alguna, me refiero a la nueva generación de soldaditos intergalácticos que son puestos ahí de la nada y que se supone son la descendencia brillante del reparto original. Ellos son el hijo del Capitán Steven Hiller (Will Smith) y la hija del dirigente de aquella vez, el Presidente Whitmore (Bill Pullman). Se repiten los otros clásicos, ya el personaje de Will Smith ha muerto pero Jeff Goldblum, Vivica A. Fox, Brent Spiner (el científico hippie y mechudo) y Judd Hirsch (Julius Levinson), el papá del personaje de Goldblum se mantienen.

Hay mucho de la ideología de Donald Trump en esta película supuestamente progresista, y esto es el rechazo absoluto del pueblo Islámico y a los inmigrantes mexicanos. La presidente es una mujer, pero manda a espantar a la brava al que llegue a su territorio sin previo permiso. Aplasta al que no le parezca sin miramientos (Aquí hay una peligrosa tendencia xenofóbica con unos alienígenas).  Hay un protagonismo increíble y muy a lugar de la comunidad LGBTI, hay inclusión y muy respetuosa. Recordemos que el director es abiertamente gay, pero todo tiene que ir de la mano con estereotipos gay de hace más de dos décadas y con chistes de culos. No avanzaron en el tiempo. Claro, hay discurso de heroísmo gringo. El expresidente Bill Pullman le dice a la hija en una de las escenas que la tarea de él es salvar al mundo pese a que en el pasado ya lo había hecho, pero que su tarea es la de repoblar la tierra. Como quien dice, el expresidente de los Estados Unidos nos va a salvar a todos, pero la tarea de la mujer es servir de paridera. Continuemos.

Está la infaltable escena del perro huérfano al cual hay que salvar de la balacera. Hay, por supuesto, chiste matrimonial, cuando uno de los pilotos le dice a su novia que aún no lo asesine, que es que todavía no se han casado. El presidente sí mata al afgano interplanetario, y no hay amenaza de Spoilers de lo obvio que es, en una escena digna de Chuck Norris. La película se las canta de una, se supone que el mundo se ha unido, que no hay guerras, que todo es paz, y están todos los gringos más armados que nunca, porque sí, porque el mundo es solamente Estados Unidos, cómo no, como es tradición. Hay participación militar y estratégica de otros países, un africano que volea machete y una científica parisina que es la novia de las fiestas de uno de los protagonistas.

El Día de la Independencia: Contraataque es uno de los chistes más fuera de sitio que pudieron haber hecho en Hollywood, y nos encartarán con una tercera parte.

¡Fatal!

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