En 2013, el país contaba con un superávit comercial de 1.646,7 millones de dólares, un año después de firmados los TLC con la U.E. y el acuerdo comercial con Corea del Sur, el creciente déficit comercial se ubica en 4.807 millones de dólares.
No ha sido buen tiempo para la economía nacional, al finalizar el año 2014, la producción industrial estaba por debajo del 1%, mientras que las exportaciones totales habían caído un 4,7% comparada en el mismo periodo del 2013.
Con la caída de los precios del carbón y especialmente del petróleo, la desaceleración económica se intensificó, por otro lado, la revaluación que sufrió el país en los últimos años, empujó al quiebre en el sistema productivo y al déficit en cuenta corriente de 6,3% del PBI.
En el caso de las importaciones de bienes, el descenso fue mínimo, un 3,7% comparado con el primer bimestre del año pasado.
En los dos primeros meses del año, el déficit comercial fue cerca del 1% del PBI, alarmante si es comparado con el déficit total del año 2014 que fue de 1,2% del PBI.
La balanza comercial es solamente la punta del iceberg del problema económico que tiene el país; en la historia económica de Colombia, las cuentas en la balanza de servicios (exportaciones de servicios – importaciones de servicios), han mostrado un déficit sistemático en los últimos años de más del 4,2 del PBI.
La fuerte devaluación del peso constituye un ajuste para el sector externo, empezando por la reducción progresiva de las importaciones. Es un buen momento para sustituir las importaciones en varios rubros de la economía de producción colombiana.
Por otro lado, hay que prestarle atención a la política monetaria y fiscal, ya que la reducción de liquidez en el mercado interno estaría acompañada del aumento real de la tasa de interés.
El Banco de la República dejaría la tasa de interés en un 4,5%. La inflación anual aumentó en marzo, situándose en 4,56%.
La tasa de desempleo ya supera el 10%, la tendencia al alza es una realidad; la construcción privada se detiene en el marco de la devaluación, la tarea de austeridad fiscal mantendría el índice bajo en ocupación.
El gobierno ya empezó con el recorte presupuestal de aproximadamente US$2.400 millones.
La economía colombiana ha tenido un crecimiento menor del 3%, su tendencia persiste a la baja, la receta de una devaluación más fuerte para bajar el salario real no funcionaría.
Sobra decir, si los precios internacionales del carbón y del petróleo siguen con la tendencia a la baja o se mantienen (el Brent entre US$55 Y US$65 barril), las cifras seguirán configurando un déficit en cuenta corriente. El proceso de devaluación ha comenzado, la reducción del gasto público y privado se acentúa.
El ministerio de hacienda debe regular los modelos de producción en sus diferentes rubros, la intervención cambiaria y hacer una regulación macroeconómica.
La solución está en controlar y limitar las importaciones, aliviaría un superávit en cuenta corriente que necesita con urgencia la nación, el modelo de industrialización es necesario partiendo desde la investigación y la innovación para pasar por sectores en condiciones más complejas.
@SebasTorresM