Su esposa Mercedes Barcha decidió autorizar el regreso de los restos del Nobel a Colombia. Su familia consideró que el mejor lugar donde debían estar las cenizas era en su querida ciudad de Cartagena. Un año y medio luego del fallecimiento del Nobel, su familia tomó la decisión definitiva: trasladar las cenizas de Ciudad de México a Cartagena. Mercedes Barcha demoró su decisión conciente de la importancia que en vida tenía para Gabo Ciudad de México, donde fueron acogidos con mucha generosidad y a donde se trasladó a vivir cuando el presidente Julio César Turbay expidió el Estatuto de Seguridad, con el que se vio amenazado. Las cenizas llegarán en diciembre al Claustro La Merced en la sede la Universidad de Cartagena.