Jugosa, explosiva y reveladora, la entrevista de los Duques de Sussex a Oprah Winfrey no decepcionó y ha sido uno de los golpes mediáticos más duros que ha recibido la corona británica desde su fundación en el siglo X. Según un experto en la Corona que trabaja en BBC afirmó que "Es contenido explosivo: puro, revelador y enormemente dañino para el Palacio [de Buckingham]". Fueron dos horas intensas donde el minuto de comercial dobló en audiencia y precio al de Super Bowl.
Meghan, la exactriz norteamericana, fue la que más duró habló y lanzó frases tan lacerantes como estas: "Simplemente ya no quería seguir viviendo". Cuando confesó lo deprimida que estaba la Corona Británica, a la que ambos llamaron "institución" no los escuchó. Es que los medios británicos los estaban arrinconando como sucedió con la madre de Harry, Diana de Gales. Por eso en marzo del 2020 deciden irse de Inglaterra.
El color de piel del hijo de ambos también fue un tema de conversación. A la reina le preocupa "Qué tan oscura puede ser" la hija que esperan. Al racismo se suma el desprecio del padre de Harry, Carlos, quien un día decidió no pasarle jamás al teléfono. Su hermano William también le dio la espalda. Según Jonny Dymong, corresponsal de la BBC en la casa real, la entrevista podría tener este efecto: "Meghan y Harry han dado un vuelco a la narrativa creada por la prensa británica más vendida. Han revelado las terribles presiones dentro de palacio. Han pintado un panorama de individuos insensibles en una institución indiferente. Han hablado de racismo en la familia real. La de Oprah fue una entrevista devastadora. Pero Harry describiendo a su hermano y a su padre como "atrapados", y Meghan revelando que pidió ayuda en repetidas ocasiones tan solo para encontrarse con el rechazo, es un duro golpe para la institución"
Desde ya la gente, en masa, espera que los guionista de The Crown hayan tomado nota para hacer una temporada explosiva con Harry y Meghan como protagonistas de excepción.