Hace algunos años nadie se hubiera imaginado que la bogotana Natalia Reyes llegaría a protagonizar una película de Terminator en Hollywood, junto a leyendas como Arnold Schwarzenegger y Linda Hamilton. La joven actriz, que en Colombia era relegada a papeles de medio pelo, fue valorada por productores norteamericanos que vieron en ella a la estrella que necesitaban para la sexta película de la mítica saga.
En Colombia su papel más importante fue en La Vendedora de Rosas, novela de RCN que cuenta la vida de Lady Tabares. Natalia fue la protagonista y pese a haber sido su único protagónico le valió para ser nominada a un premio India Catalina y un TV y Novelas por el mismo personaje. Por lo demás, los personajes de Natalia siempre eran de reparto. Era como si ninguno de los dos canales viera en ella una estrella. De nada le servían sus dotes histriónicos. En Colombia las prefieren buenonas. Y ella, con sus 1,55 de estatura, senos pequeños y belleza sutil no es lo que gusta en este país. No en vano la misma Natalia contó en entrevista con la Revista Bocas que una de las primeras recomendaciones que le hizo un manager, cuando estaba empezando su carrera, fue operarse la nariz. Ni siquiera la había visto actuando cuando a estaba pensando en su físico. Aquí valen más un par de pechos asiliconados que el talento.
Una de las cosas que más admiro de Natalia Reyes, sin tener el gusto de conocerla, es que se nota que es una persona centrada. No es de andar faranduleando en cocktails ni fiestas. Ella vive con su esposo español en la isla de Tierrabomba, en Cartagena. Allá la pareja tiene un hotel donde reciben turistas y locales que quieran disfrutar un rato de la tranquilidad del lugar. Desde allá se ganó el casting para Terminator. Bastante paradójico que en Los Ángeles haya toda una camada de actores colombianos intentando abrirse camino en Hollywood y Natalia, desde la isla de Tierrabomba, logró el sueño que ellos se fueron a perseguir.
El papel de Natalia en Terminator es un premio a la dedicación, al talento y al estudio. Además de que está actuando desde los 9 años, también se preocupó por ir a una universidad y formarse. En la Javeriana se graduó de Comunicación Audiovisual en 2010. Su trabajo de grado fue 1250/Hectárea, un documental que ella misma grabó, editó y produjo sobre el islote de Santa Cruz, que es el territorio más poblado de la tierra dividiendo el número de habitantes entre metros cuadrados. También ha trabajado con el director Ciro Guerra, el mismo que estuvo nominado al Óscar por El Abrazo de la Serpiente. Junto a él hizo la película Pájaros de Verano el año pasado. Aprendió a hablar idioma wayúu solo para ese proyecto y se encerró tres días en una maloca para familiarizarse con la cultura de su personaje. El esfuerzo valió la pena porque esa película la llevó a Cannes.
Celebro por Natalia Reyes. Su historia nos demuestra que vale la pena estudiar y prepararse para ser bueno en cualquier carrera. Ojalá no la volvamos a ver haciendo personajes de reparto en novelas de tres pesos en la tv colombiana. Lo suyo son cosas grandes.
