No pasaba nada, el grupo tenía 30 corredores en su paso por Col de Vallouron-Azet, penúltimo puerto del día y parecía que la tregua entre los favoritos persistiríaa. En la última subida del día Alberto Contador mostraba cuanto le costaba seguir la rueda de los punteros y Thibaut Pinot, la esperanza francesa, sufría su vigesimonovena pálida del día. Faltaban tres kilómetros para coronar Col de Peyersourde cuando Sergio Henao, el gregario de lujo que tiene Chris Froome, aceleró el paso y rompió el lote dejándolo apenas con 12 ciclistas. El actual campeón del Tour atacó y Nairo respondió. Así llegaron a la cima y justo cuando el líder del Movistar recibía un bidón de agua el británico, sin aprovisionarse de alimento, aceleró. Quintana se dio cuenta de su error, botó la caramañola, miró atrás y vio que Alejandro Valverde, su escudero, también estaba desconcentrado. Los segundos que perdieron tratando de organizar la persecución resultaron definitivos. Richie Porte y T.J. Van Garderen, los líderes de BMC, sin saber lo que estaba pasando, se dedicaron a chupar rueda a los hombres de Movistar.
Unos metros más abajo Chris Froome empezaba su descenso suicida. A tumba abierta esquivaba las curvas y sólo las motocicletas de la organización de la carrera podían seguirlo. Porte y Van Garderen colaboraban. La diferencia llegó a ser de 25 segundos justo cuando acababa el descenso de 14 kilómetros. Los últimos mil metros en terreno plano fueron fundamentales para que la diferencia se redujera a 13 segundos.
En la primera etapa de los Pirineos Chris Froome siempre ha impuesto su superioridad. Viendo que era imposible despegar a Nairo en la subida le tocó aprovechar el descenso. A pesar de su descuido el fabuloso ataque de Froome no dejó diferencias significativas como sucedía a esta altura de la competencia el año pasado cuando el boyacense ya perdía cerca de 3 minutos.
Lo que sucedió hoy obligará, porque no, a Nairo a atacar mañana cuando la competencia nos traiga la llegada al premio de fuera de categoría de Andorra. Mañana seguro será a otro precio. De pronto Froome le tenga tanto miedo a Quintana subiendo que cambió su estrategia y ahora ataca en pleno descenso. Movistar deberá soltar a los perros mañana y entre Valverde y Quintana mordisquear al todopoderoso Sky.
Lo preocupante de la etapa de hoy no fueron los 23 segundos que Nairo ahora pierde con Froome. Lo preocupante es el nivel exhibido por los gregarios de Movistar. En las subidas el colombiano se vio muy solo. Ojalá mañana todo funcione y se cambie el curso de la historia. Estamos cansados de ver a Froome vestido de amarillo.
Prepárense señores, el Tour de Francia ha comenzado.