Juan Carlos Laso es un administrador de empresas de raigambre pastusa. En la actualidad se desempeña como Subsecretario de Cultura Ciudadana del municipio de Pasto. Hace algunos meses ha sido noticia por su iniciativa de fomentar el espíritu cívico en nuestra ciudad mediante la utilización de unos leones que, en su concepto, enmarcan la verdadera identidad de nuestro pueblo.
La historia, de Pasto es rica y diversa. Desafortunadamente ha sido tergiversada y manipulada por diferentes actores que consideran que nuestra posición durante la época de independencia no fue la más acertada. No obstante transcurridos más de doscientos años de estos sucesos aún se continua estigmatizando a este bello rincón de la Patria, incidiendo en factores económicos, culturales y sociales.
Pasto y Nariño han debido soportar los embistes de los chistes, las burlas y los ultrajes que se manifiestan en formas grotescas y vulgares, promovidos aún por cuenta chistes de nuestra propia región.
En nuestro escudo de armas pude apreciarse a cuatro rampantes leones que simbolizan a ese pueblo noble, hidalgo, valiente y bravío. Símbolos que con el transcurrir de los días y años se desdibujaron dando lugar a un estereotipo odioso para los propios de esta región en el contexto nacional.
Se pretende volver a nuestras raíces, recuperar nuestra verdadera identidad y ser esos leones que enmarcan nuestro carácter y personalidad. Para ello se acudirá a la academia, la intelectualidad y a nuestra misma historia. No es fácil la tarea, pero es un imperativo de carácter moral y administrativo.
Comenzando siglo hicimos pública una carta titulada UN PUEBLO ANTE LA HISTORIA que pretendió generar conciencia y sentido de pertenencia por lo nuestro y la región. Nos encontramos grandes apoyos que permitieron una batalla digna y decorosa en la pretensión de rescatar y enaltecer los valores propios de nuestra región. Se unieron escritores, historiadores, humanistas, periodistas y ciudadanía, en general. Avanzamos, pero quedó mucho por realizar.
Esta es la razón por la cual nos ha llamado poderosamente la propuesta de la actual administración municipal, orientada por el ductor Nicolás Toro Muñoz, y por la Subsecretaria de convivencia ciudadana, en manos de Juan Carlos Lasso.
Emociona escuchar sus motivaciones por cuanto nos permite entrever una causa justa y oportuna que nos permita sacudirnos de ese marasmo y pasividad en la que nos encontramos hace muchas décadas. La letra de nuestro himno habla de los leones y de su gran capacidad de afrontar las adversidades. Las mismas que hoy parecen derrotarnos por instantes, pero que se constituyen en un reto por superar y vencer.
Por supuesto que también encontramos en el camino enemigos fortuitos. Es grato expresar que con el transcurrir de los años nos han expresado su comprensión y apoyo por esa causa que se volvió una causa común y un patrimonio cultural.
Hoy vemos renacer ese espíritu batallador, desafiante y celoso de su misma historia. Se nos invita a hacer parte de este momento histórico en una segunda fase que tocará las puertas de nuestra intelectualidad y alcanzará a la academia y la institucionalidad.
Volver a ese pastuso rebelde y al mismo tiempo cívico, a, ese ser que era sinónimo de civismo y cultura y que practicaba la paz en cada uno de sus actos. Sentir el orgullo de ser pastuso, de enaltecer nuestra idiosincrasia y de impulsar ese orgullo por todo cuanto somos y representamos.
Aceptamos el reto y acudimos a este llamado de la actual administración municipal. Nuestros ingentes esfuerzos están disponibles para tan noble causa. En unidad con Página10. com, dirigido por el abogado y periodista Mario Cepeda Bravo, nos unimos a este hecho de gran trascendencia que tocará voluntades, pensamientos y capacidades.
Nuestro pueblo no puede ser inferior a este momento histórico y se debe preparar para escribir en letras de oro las nuevas páginas de su historia.
Desde ya formulamos un llamado a nuestros artistas, músicos, escritores, intelectuales y a los amantes de Pasto para que se una a esta iniciativa que nos sacudirá de esos falsos señalamientos históricos. Ser ese pueblo de invicta coraza, vencedor de cadenas y dueños de nuestro destino y futuro. Leones indomables que se saben dignos de su propio valor.