A la cita de la Jornada de Bolsillos de cristal presidida por Fiscal Nestor Humberto Martínez concurrieron decenas de personas con sus denuncias. El entonces Fiscal anticorrupción, Luis Gustavo Moreno, presidió el encuentro con los ciudadanos el pasado 17 de noviembre del 20176 en el auditorio con aire acondicionado del Hotel Panorama de Sincelejo. Cerca del mediodía, Antonio Estrella, un veedor ciudadano pidió la palabra para informar sobre las irregularidades del exalcalde Álvaro Vanegas de Majagual (Sucre), una de las zonas más abandonadas del pobre departamento. Había llegado al cargo en el 2013 con el respaldo de Partido de la U y gracias a su cercanía con el gobierno había obtenido recursos por $15 mil millones para la reparación de vías terciarias. A los tres meses de cumplida la fecha de ejecución del contrato las vías estaban peor que antes. El alcalde no movió ni un metro de tierra.
El Fiscal Martínez ordenó priorizar el caso e instruyó a su subalterno Luis Gustavo Moreno, quien estaba en el atril, para actuar en consecuencia. Las fotos presentadas por Antonio Estrella, el denunciante, evidenciaban el estado vergonzoso de unas vías a las que se les había invertido supuestamente $15.400 millones.
Ya en Bogotá, el asunto era a otro precio. Pasaron cuatro meses sin que nada ocurriera hasta que en marzo viajó a Majagual un grupo de ocho agentes del CTI, cargados de documentos alusivos al contrato de la Alcaldía. Permanecieron en el municipio diez días y regresaron sin que nada ocurriera. Todo fue a dar al escritorio del fiscal anticorrupción.
El contrato de $ 15.400 millones estaba destinado a reparar cuatro vías claves para el desplazamiento en la zona de La Mojana: Los Cocos – La Martha; Hato Nuevo – Sucre; Guaranda – El Garcero; y Wira – Majagual que en total completaban 48 kilómetros. El denunciante Antonio Estrella, recorrió tres meses después de la fecha de finalización del contrato las mismas vías y documentó la triste realidad: las carreteras estaban en peor condición.
El exalcalde de Majagual, Álvaro Vanegas Cardoza, del Partido de la U, quien suscribió el contrato de la obra fantasma es socio político de José David Name, el poderoso Senador barranquillero. El contratista escogido para la obra que nunca se realizó fue el Consorcio Vías La Mojana, cuyo representante legal es Javier Eugenio Mizger, quien está detenido por corrupción en la construcción de predios en las playas de Tolú, obtenido por la vía de cupos indicativos por los senadores Nora García y Yahir Acuña. En el caso de Tolú, Javier Eugenio Mizger se alió con el alcalde César Serrano para enredar los $14,000 millones.
De la misma manera que el contrato de las obras de Tolú, fue Yahir Acuña, exrepresentante a la Cámara por el partido Cien Por Ciento Colombia y quien renunció a la curul para aspirar a la gobernación de Sucre. Cuando Acuña renunció en el 2014, un año después de que se adjudicara el contrato, el heredero de su puesto en el Congreso fue José Mizger, hermano de Javier Eugenio, el contratista de las Vías de Majagual.
Yahir Acuña, cuando renunció en el 2014, había contratado como abogado suyo a Luis Gustavo Moreno para que lo defendiera de una investigación que se adelantaba en la Corte Suprema de Justicia por paramilitarismo, proceso del que fue declarado no culpable por el magistrado Leónidas Bustos.
Cuando Antonio Estrella hizo la denuncia, la relación entre Yahir Acuña y Luis Gustavo Moreno era conocida en Sucre, pero no había estallado el escándalo. Estrella tenía la esperanza de que la investigación avanzara, pues Bolsillos de Cristal prometía ser una iniciativa efectiva. El fiscal Néstor Humberto Martínez le dijo al denunciante que antes de junio del 2017 habría una decisión, pero que debido a los movimientos de despachos por la captura de Moreno se ha retrasado. La esperanza de que se concluya la investigación contra Mizger y el exalcalde Vanegas está puesta en la fiscal 18 anticorrupción Claudia Leonor Vanegas, a quien le corresponde el caso que Gustavo Moreno engavetó, haciendo caso omiso de toda evidencia que muestra la manera cómo se esfumaron $ 15.400 millones destinados a mejorar las vías de la abandonada Mojana.