El jurado de Yo me llamo sigue decepcionando a muchos con su participación. Esta vez por una frase despectiva y discriminatoria que soltó en el programa luego de que dijo que había logrado una conexión con el imitador de Ricardo Montaner.
Después de que el imitador acabará de cantar, Jessi manifestó que él tenía la habilidad de ver cómo las personas podían transmitir muchas emociones a través de los ojos. Seguidamente dijo sobre el imitador: ''No dejé de mirarlo y no soy loca''. En primer lugar, la expresión que utilizó involucra un trato despectivo, discriminatorio, insultante y denigrante hacia las personas homosexuales.
Segundo, dejó ver un rancio machismo y una frágil masculinidad de su parte. No tenía la necesidad de hacer la aclaración y si lo quería hacer escogió la peor manera de hacerlo. Es inaudito cómo algunas personas siguen sumidas en un pensamiento tan medieval y anacrónico al relacionar la homosexualidad con el hecho de que un hombre exalte cualidades o características de otro.
Parece que el prototipo de ''hombre'' para el señor Jessi Uribe es aquel que es soez, basto, agresivo, violento y vulgar. Lo irónico es que su nombre artístico no es que encaje mucho en los parámetros sociales de ''masculinidad''. A algunas personas esta situación les parecerá irrelevante, pero no lo es. Las implicaciones que tienen este tipo de hechos y expresiones en la sociedad son muy serias.
Es lamentable que en los contenidos del prime time se sigan fomentando estereotipos de género, los cuales son la principal fuente del machismo y todos los prejuicios que se derivan de este.