Las elecciones de este fin de semana donde se eligieron gobernadores, alcaldes, concejales, asambleas y ediles dejaron un aire de renovación del poder local en varias partes del país. En La Guajira, pese a que la gobernación la ganó Nemesio Roys, quien encarna la maquinaria que ha controlado el departamento en los últimos 20 años, hubo varias sorpresas.
El principal cacique que se quemó con la derrota de Delay Magdaniel, quien buscaba la gobernación y terminó segundo con 78.000 votos, fue el condenado exgobernador Francisco ‘Kiko’ Gómez, todavía con influencia sobre las bases locales de Cambio Radical pese a que ese partido le dio el aval a Nemesio Roys. ‘Kiko’ Gómez solo logró que su hija Juana Yolanda Gómez Bacci entrara en la Asamblea.
En Barrancas —tierra de ‘Kiko’— el gran elector resultó siendo el exalcalde Juan Carlos León, quien respaldó la campaña del conservador Iván Mauricio de Jesús Soto Balan. León estuvo detenido por el asesinato de la exalcaldesa Yandra Brito y su esposo Henry Ustáriz, el mismo por el cual condenaron al exgobernador Gómez. Además, fue destituido por la Procuraduría por celebración indebida de contratos durante su administración entre 2088 y 2011 y sigue vinculado al proceso y testigos aseguran que fue el nuevo alcalde el determinador del crimen.
La Guajira también se convirtió en campo de derrota para el uribismo. El Centro Democrático coavaló y acompañó a Magdaniel al punto que Álvaro Uribe fue hasta el departamento, levantó la mano del candidato durante las correrías indicando que era el candidato de las “manos limpias”. Sin embargo, no fue suficiente.
Sin embargo, la mano que sí se sintió fue la del presiente Iván Duque. Pese a todas las denuncias a causa de varias irregularidades en contra de los dos últimos gobernadores encargados y nombrados por él —Wilbert Hernández y John Fuentes—, este buscó mantenerlos. Coincidencialmente, ambos son aliados del representante Alfredo Deluque, de La U, principal impulsor de la campaña del gobernador electo Nemesio Roys y quien saltó del santismo al nuevo gobierno sin mayores complicaciones.
Wilbert Hernández Sierra, hijo de la cacica Francisca Sierra y gran aliada del uribismo, terminó siendo suspendido por el procurador general de la Nación por aparentes irregularidades en la contratación de un programa de bilingüismo en los colegios oficiales del departamento que fue denunciada por W Radio; mientras que al actual gobernador encargado, John Fuentes, el organismo de control le detuvo una licitación para el transporte escolar frente a varios señalamientos e inconveniencias.
Otra cacica que se encuentra en el pabellón de quemados es Cielo Redondo, el poder en Uribia en los últimos 20 años. Ella apoyó a su cuestionado asesor jurídico cuando estuvo en la alcaldía del municipio, Gerardo Cujía, para reemplazar en el cargo a su hijo Luis Enrique Solano. Sin embargo, la mala gestión de Solano fue castigada y perdió las elecciones con Bonifacio Henríquez Palmar, quien también fue representante del Convenio Único de Resguardo —que maneja unos 24.000 millones de pesos en transferencias para las comunidades indígenas de la región— y no ha sido ajeno a la corrupción del municipio, según denuncias.
Como presidente del Concejo Municipal, fue señalado de aceitar a los cabildantes con dineros del PAE y de la educación, que provienen del Sistema General de Participación. El movimiento de esas millonarias cifras, a la vez, también le hizo ganar varios apoyos de docentes en áreas rurales.
Su historia es particular, pues inició como mensajero del palacio municipal donde se fue ganando la confianza de la exalcaldesa Redondo, quien en un momento requirió de una ficha en el concejo y consiguió meterlo en esa corporación. Para las elecciones legislativas de marzo pasado, se le rebeló a Cielo y movió como propia esa maquinaria con la que puso votos al representante Deluque, que le entregó el aval de La U.
Hubo apoyos también para el candidato al senado conservador Jaime Luis Lacouture, que se quemó y terminó como magistrado del Consejo Nacional Electoral. Fue él quien le consiguió el coaval azul a Henríquez para aspirar a la Alcaldía, a la que llega con una importante votación de más de 20.000 votos frente a los escasos 2.000 que logró Cielo Redondo a través de Cujía.
Entretanto, Mohamed Dazuki, exdiputado de la Asamblea de La Guajira por La U y aliado de Deluque, se rebeló ante la falta de apoyo para cumplir un viejo anhelo: ser alcalde de Maicao. Contra viento y marea se hizo con los avales de la ASI y Mais, y con el apoyo del nutrido gremio de comerciantes locales y de la comunidad musulmana-libanesa logró vencer en estas elecciones.
En el camino derrotó al cacique Eurípides Pulido, que llevaba tres lustros mandando en esa localidad, unido con Hilber Pinto, diputado y familiar de Oneida Pinto y vinculado al proceso por el que huye la exgobernadora. Fue detenido por la fiscalía durante su campaña. En las últimas semanas Mohamed Dazuki había sido objeto de panfletos amenazantes por su condición de descendiente de inmigrantes y por su religión.
Aunque el gran ganador de estas elecciones en La Guajira fue el representante Alfredo Deluque, en el departamento quedó demostrado que las hegemonías no son para siempre.