Mucho más barato de lo que pensó al principio le salió al jeque Nasser bin Ghanim al Khelaïfi, mejor conocido como Nasser al Khelaïfi, obtener a su juguete favorito, el más deseado de todos, Lionel Messi. El empresario, ex tenista y multimillonario nacido en Doha, Catar, a sus 47 años está que no se cambia por nadie. En el 2011 el grupo económico que preside, el Qatar Investment Authority, compró a precio de saldo el 70% de las acciones del Paris Saint Germain en 50 millones de Euros más una deuda de 20 millones. La idea era sacar de la modorra a uno de los clubes más elegantes y también odiados del mundo.
Para tener el control absoluto este ex tenista, cuya fortuna asciende a los 16 mil millones de dólares y que, según Forbes, está entre las 100 personas más ricas del mundo, dueño de además de Al Jazeera Sports y de 22 canales de televisión, decidió comprar el 30% de las acciones restantes un año después. Así que, chequera en mano, empezó a gastar sin ton ni son como si de calcomanías y no de seres humanos se tratase.
Entonces, sobre París, empezaron a llover estrellas, las más rutilantes dentro del universo del fútbol mundial. Desde David Beckham hasta Zlatan Ibrahimovic, pasando por Neymar, Di Maria, Verrati y ahora Messi. En la primera temporada este hombre que obtuvo apenas ganancias por 16 mil dólares en el mundo del tenis, que fue su primera pasión, decidió invertir en una sola temporada 132 millones de euros en fichajes. La liga de Francia la obtendría sólo en el 2013, la Champions League no ha podido conseguirla y eso que fue finalista en la temporada 2019-2020 pero el Bayern Munich le quitó la gloria.
Ahora, y después de haber invertido más de 1.000 millones de euros de su propia fortuna, Nasser espera que con la llegada de Messi la cosa cambie y pueda, bajo la tutela del argentino Marcelo Pochettino, levantar su primera Champions. El camino es largo y muy, muy espinoso.
Le puede interesar:
Que tiemblen Carlos Antonio y Cesar Augusto: cachetazo de Messi a los viejos periodistas de siempre