Jesús fue juzgado en Jerusalén en tiempos de Poncio Pilato bajo el mandato del emperador romano Tiberio Germánico. Judea era una provincia imperial romana de carácter procuratorio, o sea, vencida bajo la fuerza en el año sesenta y tres antes de Cristo bajo el mando de Pompeyo Magno.
Era costumbre de los romanos mantener las instituciones políticas y religiosas. Dentro de las clases políticas y sociales en Judea se encontraban los Saduceos que eran una especie de Aristócratas y los Fariseos que eran algo así como el partido liberal, estaba compuesto por comerciantes ricos y manufactureros; también existían otros grupos como los Zelotas que eran el movimiento nacionalista judío, prácticamente el brazo armado de los fariseos, como Barrabás era un zelota fue por ello que fariseos gritaron al unísono la liberación de Barrabás, quien además era hijo de un sacerdote.
También existían los esenios, quienes eran una especie de monjes o grupo de ascetas que vivían aislados en comunidades separadas en el desierto, no obstante, se conoce en Jerusalén la puerta esenia recientemente descubierta por los arqueólogos.
Tras la invasión romana, Judea estaba sometida a su administración, pero los reyes judíos continuaron gobernando, como subalternos, para la época se sucedieron Ircano II, Antígono y Herodes el Grande y tras la muerte de este gobernarían sus cuatro hijos que se conocerían cómo los Tetrarcas de Judea.
Dado que esta se dividió en cuatro provincias, el más conocido de ellos en la historia religiosa será Herodes Antipas; entonces la administración de justicia correspondía a las autoridades locales; mientras que en Galilea gobernaba el rey Herodes Antipas y en el resto de Judea estaban sus hermanos los Tetrarcas, en Jerusalén la jurisdicción fue asumida por el Sanedrín; organismo que fungía como máximo tribunal religioso y político.
Frente a este se encontraba Caifás, conservando así su autonomía, que no independencia para conocer de las leyes costumbres y la jurisdicción de sus tribunales; Roma únicamente intervenía cuando el condenado por las leyes mosaicas era sentenciado a muerte caso en el cual debía homologarse la pena tal cómo se hizo con Jesús o también intervenía cuando está en riesgo la seguridad e integridad del imperio romano.
En el derecho penal hebreo las leyes tenían un carácter jurídico pero también religioso, el fundamento de las leyes se encontraban en los 10 mandamientos de Moisés; estos eran un compendio de normas de conducta frente a Dios, pero también entre los hombres y la sociedad por ello controvertir este decálogo no solo se consideraba una afrenta a Dios; sino al pueblo judío.
El problema para abordar el derecho penal hebreo, radica en que las normas en que se fundamentan no fueron codificadas y transmitidas como el derecho romano a occidente, por lo tanto en el mundo se conoce mucho más el derecho romano, de hecho, muchas normas siguen vigentes; no obstante se conservan en la Biblia algunos apartes y desarrollos de los preceptos jurídicos elementales transcritos en los cinco libros que forman el Pentateuco y que los hebreos denominan la tora o ley; estos son: el Génesis, el Éxodo, el Levítico, los Números y el Deuteronomio. En ellos podemos encontrar la tipificación de los delitos.