El delito de ser joven y querer un país mejor. El delito de tener ganas de aportar en la construcción de una nueva nación. El delito de no tener miedo y salir a las calles a pedir paz, a pedir democracia, justicia, equidad, presupuesto para salud, para educación. El delito de no connivir con la corrupción, la desigualdad y la exclusión. El delito de ser estudiante, estar en una universidad o colegio y hablar de justicia social. El delito de organizarse con los amigos de clase para salir a gritar con arengas, con mochila en la espalda, en unidad.
Todos esos delitos causaron un brutal golpe en la cabeza a una estudiante. Esos terribles delitos la arrojaron al suelo de totazo. Esos imperdonables delitos fueron castigados por un miembro de Esmad que con bolillo en mano la golpeó y lanzó sangrando contra el asfalto.
El delito de buscar ser protagonista en la construcción de este país de todos. El delito de no estar de acuerdo con este gobierno y con sus aliados, creadores de políticas que buscan ampliar la brecha de desigualdad y exclusión.
El delito de no ser de las elites, el delito de ser de estrato medio o bajo. El delito de no tener apellido de resonancia política. El delito de usar medio de transporte público y ropa que no es de marca. El delito de ser de los del medio y de los de abajo.
El delito de soñar con un país más humano, mas organizado, con mejores vías, infraestructura, con mejor acceso a la salud, con mejores centros educativos. El delito de desear con ansias un país menos pobre y más igual.
Los gritos de enojo, de angustia, de impotencia de otro joven filmando con su celular. Las tomas y palabras valientes de este joven reclamando, preguntando por qué golpean a otros estudiantes. Estudiantes peligrosos mostrando sus rostros, portando mochilas, gritando arengas de vida, de paz, de justicia. Estudiantes peligrosos que deben ser silenciados por la fuerza de hombres entrenados para atacar.
El cuerpo de una joven estudiante, con su cabeza sobre un lago de sangre; los celulares de una decena de estudiantes filmando y acusando a los agresores. Los gritos de angustia de amigas y otros peligrosos soñadores que rodean el cuerpo que yace ensangrentado en el piso.
Esa es la imagen del día. La que se suma a las imágenes de ayer en la Plaza de Bolívar, en Suba y en la Calle 26 de hombres del Esmad arrojando gases lacrimógenos y explosivos a los manifestantes. Al de la otra estudiante que con bicicleta en mano trató de defender a un amigo que estaba siendo golpeado y recibió una patada en la cara que también la arrojó al piso. Porque la protesta es un delito que debe ser silenciado, callado, golpeado, encarcelado.
Los hombres y mujeres del Esmad son del grupo delictivo: clase media y baja. Pero son ellos los que están siendo usados para generar violencia y agresión. Los hijos del pueblo persiguiendo, golpeando, maltratando, encarcelando y matando a los otros hijos del pueblo.
Chimba este país este video fue tomado por mi cuando en un planton que se hizo en el segundo día de paro nacional en la estación bosa, dónde como siempre los hijos de puta del smad le disparan a una manifestante mayor de edad, una muestra más de la represión de mi este país de mrd ?????? nos atacaron con gases la crimogenos. Nos están matando hagan viral este video.
Publicado por Deivi Gutierrez Rojas en Viernes, 22 de noviembre de 2019