El delicado hilo del poder del imperialismo neoliberal

El delicado hilo del poder del imperialismo neoliberal

Las megaoligarquías están convirtiendo el mundo en un gigantesco horno crematorio a cuyo lado los diseñados por Hitler son una pecueca imitación

Por: Carlos Roberto Támara Gómez
febrero 08, 2019
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El delicado hilo del poder del imperialismo neoliberal
Foto: Instagram @realdonaldtrump

Es tal el poder de absorción de riqueza de los megaoligarcas del mundo, que según Oxfam se han reducido de 41 a 26, que pasma saber la situación extremadamente grave que reflejó “la estadística, publicada el año pasado por la Junta de la Reserva Federal, que el cuarenta por ciento de los estadounidenses tendría problemas para cubrir un gasto de emergencia de solo cuatrocientos dólares”. Si la población de los Estados Unidos de América es de 325 millones de habitantes, entonces esa gente al borde de la quiebra es nada más y nada menos que 130 millones de personas, que resulta la bicoca de 2,85 veces toda la población colombiana.

Para darnos una idea de qué significa esto en nuestro propio pellejo no es si no preguntarse, ¿cuánta gente en Colombia “tendría problemas para cubrir un gasto de emergencia de solo cuatrocientos dólares” que al cambio actual ($3.089) son nada menos que $1.235,600, es decir, 1,49 veces el salario mínimo? Si imagináramos que es del 60% de nuestra población, supuesta de 45,5 millones, nos arrojaría un dato escalofriante: 27,3 millones de habitantes. O sea, que los megamillonarios están generando en Estados Unidos un ejército de personas en la misma condición colombiana de 4,76 veces. Pero en la práctica la situación seguramente es mucho más grave. ¿Cuánta gente en Colombia o en América Latina gana el equivalente de 400 dólares? Visto está que nuestro salario mínimo ni siquiera alcanza esa cantidad. En Colombia, “el 70% de los trabajadores ganan menos de 1,5 salarios”

Desde este punto de vista resulta horripilante la situación descrita por “Héctor Figueroa, presidente de un sindicato que representa a algunos de esos trabajadores (que no recibieron paga durante el cierre del gobierno), le dijo al Washington Post que "han estado viviendo al borde del desastre durante cinco semanas", y agregó que muchos "están enfrentando el desalojo, los apagones, el hambre e Incluso estar sin medicamentos para salvar sus vidas". Y todo esto porque un megamillonario neoliberal se empeña en que le aprueben un muro absolutamente absurdo so pretexto de que la migración masiva es un peligro para la política de seguridad nacional de los Estados Unidos, comandada por ejércitos de madres con niños de brazos cual bombas de destrucción masiva.

Y es que la política de America First Again no la está haciendo Trump para mejorar a los inmigrantes, pero es difícil imaginar el vórtice de atracción que eso supone para enormes masas hambrientas. Como la succión es tan abrumadora se supone que de los gobiernos nacionales de América Latina ninguno cumplirá sus metas, lo cual conlleva un incremento desmesurado de las presiones sociales que se convierten en acicate para la insurgencia alucinantemente cruel de diferentes bandas de maras salvatruchas y narcotraficantes. Cualquiera que haya visto Breaking Bad se dará una imagen de tal crudeza.

Un experto que ya hemos citado la pone de un color un tanto más oscuro: “El imperialismo implica la supresión, la necesaria supresión de los pueblos del Tercer Mundo, las masas trabajadoras, a través de la operación del capitalismo metropolitano. Esta supresión de la clase trabajadora del Tercer Mundo por el capital metropolitano no es una conspiración clandestina; es parte del propio modus operandi del capitalismo".

“El imperialismo no es un ardid para organizar golpes de Estado, es el modo mismo de existencia del capitalismo”. Esto quiere decir en plata blanca que el imperialismo es una forma sistemática y continua de organización megaoligárquica de extracción de riqueza del Tercer Mundo. El problema mayor que nos agobia, sin consuelo a la vista, es que tienen agentes vendedores de su modelo de negocios en nuestros países.

Actualmente está abierta una promoción de vendedores autorizados para Venezuela. No vayan a creer que les importa si hay derramamiento de sangre. Antes por el contrario, han ofrecido una gabela: 5.000 marines supuestamente entrando por la frontera de Colombia, seguramente como ardid. Un portaaviones sería demasiado evidente aunque ya lo usaron en Irak.

Se podrá imaginar alguien la enorme fila de Adecos y Copeyanos esperando los miles de millones de dólares que han de llegar para la supuesta “recuperación de Venezuela”. ¡Con esa hambre que han de tener tras largos años de veda! Podrían ser más peligrosos que gusanos rusos después de la caída socialista que llegaron a ofertar la venta de hasta bomba atómica a precio de huevo. En Netflix puede verse un súper documental donde narcotraficantes colombianos se mostraron interesados en comprarlas. ¿Será que la oligarquía colombiana está al borde del mantel, cual Lazarillo de Tormes, a ver si le tocan algunas migajas?

Ahora, es obvio, casi inevitable, el poder corruptor de estas megaoligarquías financieras. Si Jeff Bezos no se inmuta porque en su divorcio entregará la mitad de su fortuna a su futura exesposa, solo hay que agregar que gana la friolera de 127.000 millones de dólares al año. ¿Cuántas elecciones para presidente de la república puede comprar Bezos en América Latina con ese dinero, durante cuántos periodos, si es que acaso le interesa alguna de nuestras menguadas economías que ya absorbe sin necesidad de gastarse un dólar? ¿Quién le estará haciendo el trabajito en Colombia?

Ante semejante enormidad de miseria que inunda el mundo, solo cabe preguntarse en qué tanto estas megaoligarquías son culpables del cambio climático cuya factura se niegan a pagar. Las megaoligarquías están convirtiendo el mundo en un gigantesco horno crematorio a cuyo lado los diseñados por Hitler son una pecueca imitación.

Y todo eso ante la mirada impávida de cientos de gobiernos del mundo. ¡Cuánta desfachatez! ¡Oh, oh, Ignominia!

Y pensar que el hilo del poder del imperialismo oligárquico es tan débil. Solo falta superar el síndrome del elefante. Tan solo son 26 los megaoligarcas. Por qué no se socializan sus empresas y se jubila con una buena pensión a sus dueños. Sale más barato y es mucho más productivo y eficiente que estar pensando en un salario mínimo universal. ¿Por qué no se aplican las leyes del capitalismo con las megaoligarquías? Este negocio podría ser más lucrativo para las oligarquías, vendedoras de países del mundo.

Nota: Advierto que ni siquiera Trump califica como megamillonario. Estaría intentándolo obligando a rusos y chinos a tenerlo como referente en los enormes negocios del capitalismo financiero global, y eso sin dejar de ser presidente. Las citas son tomadas de “El Estado de la Desunión de Trump”, Margaret Talbot; y los datos de población y precio del dólar de la red.

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