1. Toda reelección pasada fue mejor. Hable de la para nada cuestionable seguridad democrática, de la altísima confianza inversionista y de cómo estaba el país cuando el ilustre doctor Uribe llegó a la presidencia. Al fin y al cabo cualquier comparación con su antecesor, Pastrana, lo dejará bien parado. Trine todo lo que hará en el Congreso, aquello que no alcanzó a hacer en dos periodos presidenciales, y eso sí no olvide hablar de cómo subió la moral para-militares.
2. Tire la piedra y esconda la prueba. Es importante que cuando esté cerca de perder una elección, cuando lo acusen de interceptar un proceso de paz, o si le realizan un debate por paramilitarismo tome rápidamente un grupo de papeles, sin importar qué contengan, y se dirija a la Corte Suprema, Procuraduría, notaría, panadería, floristería, etc. No interesa el lugar, lo importante es que crean que usted hasta tiene pruebas.
Eso sí, está prohibido, oígase bien, prohibido, llevar los documentos a la Fiscalía, porque el castrochavista Fiscal Montealegre ya se convirtió en un auxiliador de la Far, uno de esos que se atreven a investigar al altísimo.
3. “Me dijeron”. Haga de estas palabras la base de sus comunicaciones y conjugue el verbo "decir" en todos los tiempos y junto a todos los pronombres, luego elija un lugar al azar y no olvide incluir a la Far y a Santos. Ej: Me dijeron en ____ que la Far _____, esa es la paz de Santos. Es así como construirá frases coherentes que impedirán la peligrosa paz castro-chavista-bolivariana-hitleriana.
Dichas advertencias deberán salir de las redes sociales de los honorables colaboradores de su partido y de esos muchachos emprendedores que bien saben de campañas, redes sociales y chascarrillos informáticos. Al final será un Hacker-mate al proceso de paz.
4. Negará 3 veces al hacker. ¿A quién?, muy bien, ya estamos practicando(1). Desconozca cualquier relación con el tal Sepúlveda(2) y en caso de que se filtre un video suyo o de sus buenos muchachos con él niéguelo nuevamente(3) y ponga en práctica el punto 2, es decir, levantar el dedo índice, alzar la voz y anunciar que llevará pruebas a algún lado.
Si la prensa le sigue haciendo preguntas o Revista Semana revela alguna información incómoda hable de Maduro o Venezuela, logrará desviar la atención.
5. “Tenga orejas de pescado”
Ignore las acusaciones, insultos, preguntas peligrosas, o todo lo que ponga en peligro la intachable reputación del gobierno de Uribe "el gran colombiano". Asista a los debates y salga corriendo por los pasillos cuando todos se confabulen en contra de un venerable anciano con fuero de expresidente.
No olvide que a debates necios, oídos sordos.
6. Aprópiese del término “Castrochavista”. Será fundamental en su vida cotidiana a la hora de señalar aquellos comportamientos que pongan en peligro los huevitos de Uribe, rotos por Santos y remendados por el excelentísimo amigo, compadre, excandidato, arlequín y altísimo asesor presidencial Óscar Iván Zuluaga.
El adjetivo “castrochavista” puede ser usado para referirse a cualquier cargo labor o empleo, desde un hacker de dudosa procedencia que enloqueció y mordió la mano que le dio de comer, hasta un traicionero presidente que se hizo elegir con las banderas de un incansable luchador de la patria, para luego llevar a Colombia hacia el socialismo del siglo XXI. Fíjese cómo utilicé en la misma oración las palabras “presidente”, “traicionero” y “socialismo del siglo XXI”, términos que sin excepción deben estar en el léxico de un buen muchacho.
7. Críe cuervos…o palomas. Sepa rodearse de gente buena que tenga visa americana o que disfrute de hacer compras en Panamá, trátelos como a sus hijitos y hágalos empollar sus huevos más preciados y encomiéndeles las tareas estratégicas de su partido.
En caso de investigaciones infundadas o calumnias contra sus colaboradores, búsqueles asilo en algún país vecino que no comparta frontera con los bastiones castrochavistas, y actúe como si nada hubiera pasado. ¿Chuzadas? ¿Falsas demovilizaciones? ¿falsos positivos? ¿AIS?, muy bien, vamos practicando. Si no es suficiente cédale la palabra a su paloma de confianza para que se despeluque en los debates, y eso sí, que no la vaya a c…, embarrar.
8. Sobre la prensa servil. ¡Va de retro Capital! Señale y condene al canal servil de los peligrosos derechos humanos y del inaceptable respeto a la diferencia. Bloquee en su televisor ese canal que se atreve a analizar los grandes temas del país y transmite el documental que, como Voldemort, no debe ser nombrado, compartido o transmitido, ¿Expediente Uribe?, - Shiii, no lo nombre.
Y qué decir de los otros medios ingratos que se dejaron comprar por el gobierno de turno con temas innecesarios para el país como el dichoso hacker, el, falso de toda falsedad, proceso de paz entre el honorable doctor Uribe y el terrorista Catatumbo y otros temas más que no vale la pena recordar.
9. No se salga de sus Cabal-es. Guarde la calma, ¡sí, guarde la calma! No caiga ante provocaciones. Aplique la teoría del “Silencio de los inocentes” y no ceda ante quienes hasta de sanguijuela lo señalan. Eso sí, si su paciencia se agota condénelos al infierno, al estilo de la muy frentera Maria Fernanda Cabal, o por último, deles en la jeta m…
10. Memorice: “La guerra es paz”. Recuerde que la única paz válida fue hace un mandato y todo lo que ahora se “cocina” en La Habana es un sancocho de mentiras, de esos sin papa y con poco pollo. Un carnaval castrochavista cantado al mejor estilo de Pastor López, en el que abunda el “Tabaco y Ron”.
Opóngase a la paz y porte carteles que sean fáciles de llevar a los debates del congreso, siga el ejemplo del noble Álvaro Uribe, quien siempre anduvo acompañado de carteles de buenos y emprendedores muchachos, patriotas y humildes empresarios de la seguridad que mejoró la forma de Convivir.
Siga al pie de la letra cada punto y en pocos días será distinguido como un honorable miembro del uribismo de verdad, de ese que anda con poncho y sombrero, y defenderá a los colombianos de la inoportuna paz.