Betty la fea no era la historia de una mujer "fea" que rompía los esquemas de belleza, sino de una mujer "bonita", según los estándares, que no sabía arreglarse y que al final tuvo que mostrar su belleza estándar (de nacimiento, blanca, alta, delgada) para que su príncipe azul (rico y guapo) por fin pudiera aceptarla.
¿Qué hay de innovador en eso?
Colombia tuvo sus propias telenovelas de calidad y originales mucho antes. Pensemos en San Tropel, Calamar, Amar y Vivir, Escalona, Gallito Ramírez, El Cacique y la Diosa, Cuando quiero llorar no lloro (AKA, Los Victorinos) y por supuesto Azúcar (con libreto de Fernando Gaitán). Todas esas producciones exploraban las múltiples caras de la colombianidad (que no se puede definir, por eso la exploración), que siempre he pensado que estaban inspiradas por ese Macondo en el que no nos habíamos dado cuenta de que vivíamos.
Los héroes eran pobres, viejos, perdedores; los finales no siempre eran felices (¿quién no lloraba con las muertes de los personajes de Carlos Muñoz?); las grandes cuestiones sociales se trataban con humor pero sin que se convirtieran un chiste; los argumentos dejaban lugar para los juegos y la magia (¿se acuerdan de Guri Guri?), para acabar con los tabús (¿tabúes?) como hizo El Divino, y sobre todo las imágenes eran trabajadas. Se rodaba en pueblos y en exteriores, con gente de verdad, lejos de los personajes vacíos que funcionan en cualquier país no gracias a la universalidad del arte honesto (Toda familia es Karamazov) sino a la globalización sin principios (Los big mac son iguales en la Jiménez con Séptima, en Kiev y en Marrakech).
El éxito mundial (certificado por el libro Guinness de los récords, desde ayer nos lo han dicho hasta el cansancio) de Ugly Betty no prueba la calidad de la producción, sino su falta de alma y de tripas.
Betty no renovó la telenovela sino que la adaptó a los estándares (machistas, esteticistas y clasistas) de las producciones de Univisión. Fue así como mató el único género que hubiera podido salvar la calidad de la televisión colombiana.