¿No dizques e iba a retirar? Los hinchas del fútbol estábamos felices porque el man se había ido, porque no iba a volver. Pero el día que caiga una bomba atómica en Colombia solo quedarán las ratas, las cucarachas y Javier Hernández. La laguna de su desconocimiento crece con los días, la montaña de su sal ya tiene las dimensiones de una cordillera. El tipo no se cayó en ningún momento, no paró de decir un nombre: el de Cucho Hernández.
Si Javier Hernández, el autodenominado Cantante del Gol es especialista, como tantos otros comentaristas, de arruinarle las carreras futbolísticas a los pelados. En la boca de irresponsables de la alocución se acabaron brillantes promesas como John Edison Castaño, Juan Pablo Pino y Jonnier Montaño por la presión desmedida que le pusieron los periodistas. Ahora Hernández no hace sino recordarle al Cucho el compromiso que tiene, lo que espera Colombia de él. Por supuesto el joven delantero se resiente. Hoy se vio impreciso. No es culpa de él. Cucho es un crack pero viene de una larga temporada y a esto súmele que no conoce muy bien a este equipo. Como si no fuera suficiente tener 18 años debe ser la solución que busca un equipo que no brilló en el último suramericano y que se clasificó por su buena defensa.
Sabemos que Cucho va a brillar. Necesitamos que brille pero no ahora en este mundial Sub 20 sino en lo que le espera de carrera. Necesitamos que crezca y madure y se convierta en lo que ha prometido. El Sub 20 es solo un escalón más. Pero eso no parece entenderlo el troglodita del Cantante del Gol que ahora, para acabar de completar, es de RCN. No queremos más Cantante del Gol. Por eso le bajamos el volumen cada vez que juega la selección y narra Javier Hernández, el saco de sal del gol