Ayer la Confederación Sudamérica de Fútbol (Conmebol) hizo oficial lo que era un secreto a voces: Colombia no será sede de la Copa América 2021, la cual iba a realizar conjuntamente con Argentina. Así pues, el país maradoniano quedó como única sede, a pesar de estar sumergido, igual que el nuestro, en su peor crisis social y económica de los últimos cien años.
Los promotores del paro se encuentran pletóricos, pues el fútbol se había convertido en su caballo de batalla desde hace semanas, como si el balompié fuera uno de los factores de la crisis del país, aludiendo que no puede haber “circo para el pueblo mientras este se muere”.
Empecemos a desmenuzar el tema:
1. El fútbol profesional no es manejado por el Estado, es organizado por capital privado. Por consiguiente, es falso que el Estado iba a incurrir en gastos durante su realización. “¿Cómo es posible esta desfachatez cuando la gente se está muriendo de hambre?”, se rasgaban las vestiduras los promotores del paro, sabiendo en muchos casos o desconociendo que toda la financiación de este evento proviene de la Conmebol y sus patrocinadores.
2. ¿Circo para el pueblo? El fútbol es un deporte que sirve para alejar a las personas de caminos equivocados y mejorar la salud. Además, es una disciplina de la cual dependen directa e indirectamente miles de familias. Todo esto sin mencionar que el balompié es un entretenimiento sano, mucho mejor que los reality shows repetitivos, las novelas turcas, los programas matutinos colombianos, las narconovelas de Gustavo Bolívar o los dramas mexicanos.
Si supuestamente el fútbol es “circo para el pueblo” para distraerlo de los problemas del país, entonces también deberían marchar y realizar actos en contra a todo lo que signifique entretenimiento; pero no los veo protestando en contra de Netflix, Amazon Prime, Disney+, YouTube, Instagram, TikTok, los cines, los juegos de video, entre otros. Eso sí, apenas pueden prenden el televisor o se meten en los celulares.
3. Si bien es cierto que la Copa América se iba a realizar sin público, esta serviría como factor determinante para la reactivación económica que tanto necesitamos. Si no me creen, pregúnteles a los hoteles que iban a recibir a las delegaciones y periodistas. Para el sector hotelero, tan golpeado por la emergencia sanitaria, la Copa América era un bálsamo para salir de esta crisis, pero con su cancelación en Colombia ya no contratarán a la gente que iban a necesitar: recepcionistas, camareros, personal de limpieza, cocineros, meseros, proveedores de los alimentos e insumos, conductores y/o dueños de automóviles de transporte especial, etc., etc., etc. También le pueden preguntar a los que trabajan en las aerolíneas, aeropuertos y a los comerciantes que veían en la copa una excelente oportunidad de aumentar las ventas después de un año desastroso.
¿Pero saben qué es lo peor de todo? Que cuando inicie la Copa América todos estos promotores del paro y detractores de la realización de la copa en el país (los cuales inundan sus redes sociales rechazándola), o aquellos que ejecutaron o apoyando los actos vandálicos y de protesta que se realizaron en los partidos de Copa Libertadores en semanas pasadas, se van a ver los partidos. Seguramente, se pondrán la camiseta de la selección y se tomarán una que otra cerveza, porque somos así… hipócritas.
